Trabajo presentado en el: I Congreso Internacional sobre Alzheimer. Un enfoque interdisciplinario en la intervención, como trabajo de tipo Revisión Bibliográfica.
Francisco José García Rodríguez
Ayyoub El Harchaoui Ghoula
LUKMAN DRISS AMAR
Los ácidos omega-3 son grasas poliinsaturadas de cadena larga cuyo presencia es normalmente en el reino vegetal y marino. Estas grasas deben ser obtenidas de manera exógena ya que dichas grasas no las sintetiza nuestro cuerpo. Alimentos como aceites de vegetales, como la nuez, la semilla de soja, el lino o la canola, contienen diferentes cantidades de ácido alfa linoleico (ALA), que el hígado transforma, en un pequeño porcentaje, en cadenas más largas, que conforman los ácidos omega-3: ácido eicosapentanoico (EPA) y ácido docosahexaenoico (DHA).
Se ha demostrado que los ácidos omega-3 intervienen en las membranas neuronales, en concreto en las regiones sinápticas de las mismas y en áreas de sustancia gris. La recomendaciones del pasado siglo aconsejaban una ingesta de ácidos omega-6 y omega-3 sea de aproximadamente 4:1, pero en la actualidad en los países occidentales esta relación ha cambiado a 20:17, esto se debe a que uno de cada tres ácidos grasos en el sistema nervioso central son de cadena larga poliinsaturada, podría llegarse a pensar que un inadecuado balance entre éstos conllevaría alteraciones de tipo neuropsiquiátrico a nivel central.
Declive/deterioro cognitivo y ácidos omega-3
Los ancianos que con la enfermedad de Alzheimer poseen niveles bajos de DHA en el cerebro. Estos bajos niveles influyen directamente en el deterioro de la memoria y funciones cognitivas. Los ácidos grasos de cadena larga omega-3 poseen múltiples mecanismos de acción en el cerebro y el sistema vascular que podrían generar cierta protección contra el declive cognitivo y la demencia, al igual que posee factores de protección cerebrovascular, demostrando que su consumo se relaciona con una menor incidencia significativa de lesiones en la sustancia blanca profunda y una disminución del riesgo de accidentes cerebrovasculares, particularmente los de tipo isquémico. Asimismo, los ácidos omega-3 podrían limitar de forma directa ciertos procesos que se relacionan con la neuropatología de la enfermedad de Alzheimer.
Este trabajo se ha sido realizado gracias a las siguientes bases de datos: Scielo, Cuiden y el motor de búsqueda Google Académico, respondiendo a las siguientes palabras clave: ácidos omega-3, demencia, depresión, enfermedad de Alzheimer, grasas poliinsaturadas, psicogeriatría.
Con el fin de cercar y centrar los resultados obtenidos las ya mencionadas palabras clave se combinaron con los operadores booleano “AND” y “OR.
Tras la obtención de los primeros resultados y con el fin de recopilar aquellos artículos relacionados con el objetivo de este trabajo se establecieron criterios de exclusión y de inclusión: Se descartaron los resúmenes y artículos de poca relevancia científica. Y se incluyeron los artículos en español o traducidos al español, de texto completo, de relevancia científica y con una antigüedad menor a 15 años.
¿Influye la toma de ácidos omega-3 en el funcionamiento cognitivo de ancianos no demenciados?
Estudios como el de Morris et al. y Van Gelder et al, demuestran que el consumo de pescado almenos una vez a la semana disminuía la tasa de declive cognitivo. Ambos estudios de duración similar (6 y 5 años respectivamente) tenían como objeto comparar sujetos ancianos que consumieran pescado y otro en el que no, teniendo en cuenta, sexo, edad, raza, nivel educativo, actividad cognitiva, actividad física, consumo de alcohol, etc. Al cabo de 5 años, se muestran un resultado de 0,3 puntos de media en los ancianos que consumían pescado
¿Produce algún efecto beneficioso la toma de ácidos omega-3 en pacientes con diagnóstico de enfermedad de Alzheimer?
El estudio de Kotani et al, realizaron un ensayo clínico doble ciego de 90 días de seguimiento, contando con un grupo de 39 pacientes, de los cuales 21 había sido diagnosticados de deterioro cognitivo ligero, de enfermedad de Alzheimer y con lesiones cerebrales (accidente cerebrovascular en los últimos 5 años). Un grupo recibió 240 mg de DHA, mientras que el grupo control recibió 240 mg de aceite de oliva. Al inicio y final de este período se administraron diversas baterías neuropisocológicas y no se halló ninguna mejoría significativa en los pacientes con enfermedad de Alzheimer. En los pacientes diagnosticados de deterioro cognitivo ligero mejoraron de forma significativa las puntuaciones en las escalas de atención y memoria inmediata, aunque no así en la memoria remota. Los pacientes con diagnóstico de accidente cerebrovascular mejoraron los resultados en ambos tipos de memoria.
Los ácidos omega-3 parecen tener funciones estabilizadoras de la membrana neuronales, lo que conlleva una mejor comunicación entre ellas. También se puede concluir que posee propiedades neuroprotectoras ya que se le atribuyen, desde el plano neurobiológico, mecanismos antiinflamatorios, antioxidativos, antiapoptóticos y cardioprotectores. La ingesta de pescado ha demostrado que disminuye la velocidad de deterioro cognitivo en ancianos sanos y en aquellos diagnosticados de deterioro cognitivo ligero, y puede además influir disminuyendo la incidencia del diagnóstico de demencia. No obstante, pese a que hay numeroso estudios es necesario que se realicen nuevos estudios, con el fin de poder hacer un diagnóstico de la demencia de manera precoz y retrasar su aparición. Para concretar se puede afirmar que el cosumo de pescado, esbenficioso para el retraso de aparición de enfermedades demenciales, aconsejándose una injesta tres veces por semana.
1. McNamara RK, Ostrander M, Abplanalp W, Richtand NM, Benoit S, Clegg D. Modulation of phosphoinositideprotein kinase C signal transduction by omega-3 fatty acids: Implications for the pathophysiology and treatment of recurrent neuropsychiatric illness. Prostaglandins Leukot Essent Fatty Acids. 2006;74(4-5):237-57.
2. Jicha GA, Markesbery WR. Omega-3 fatty acids: potential role in the management of early Alzheimer´s disease. Clin Interv Aging. 2010;7(5):45-61.
3. Morris MC, Evans DA, Bienias JL, Tangney CC, Bennet DA, Wilson RS, et al. Consumption of fish and n-3 fatty acids and risk of incident Alzheimer disease. Arch Neurol.2013;60:940-6.
4. Van Gelder BM, Tijhuis M, Kalmijn S, Kromhout D. Fish consumption, n-3 fatty acids, and subsequent 5-y cognitive decline in elderly men: the Zutphen Elderly Study. Am J Clin Nutr. 2007;85(4):1142-7. 5. Kotani S, Sakaguchi E, Warashina S, Matsukawa N, Ishikura Y, Kiso Y, et al. Dietary supplementation of arachidonic and docosahexaenoic acids improves cognitive dysfunction. Neurosci Res. 2006;56(2):159-64. Congresos Formación Alcalá 2