Trabajo presentado en el: I Congreso Internacional sobre Alzheimer. Un enfoque interdisciplinario en la intervención, como trabajo de tipo Revisión Bibliográfica.
Francisco José García Rodríguez
Ayyoub El Harchaoui Ghoula
LUKMAN DRISS AMAR
Las enfermedades relacionadas con e envejecimiento están ganando protagonismo en nuestra sociedad por el aumento de la esperanza de vida. Entre las enfermedades propias del envejecimiento destacan la enfermedad de Alzheimer y la demencia senil como el principal problema de salud pública mundial. De las demencias la enfermedad de Alzheimer (EA) es la más frecuente, sobre todo en países en vías de desarrollo (1).
Contrastando la información obtenida puede afirmarse que la prevalencia de padecer algún trastorno cognitivo en sujetos mayores de 65 años es del 8%, y un valor de 16% si se tiene en cuenta los trastornos leves. Existe avenencia en afirmar que la prevalencia de trastornos cognitivos como la demencia y Alzheimer están estrechamente ligados a la edad, concluyendo que por cada 5 años de más aumenta la probabilidad de padecer algún trastorno entre el 1 y 2% (65-70 años) y hasta el 30% o más después de los 85 años. También se aprecian diferencias sustanciales en cuanto al género, obteniendo una incidencia mayor de EA las mujeres en avanzada edad y los hombres mayor incidencia de demencia vascular a edades más tempranas (1,2).
Este trabajo se ha sido realizado gracias a las siguientes bases de datos: Scielo, Cuiden y el motor de búsqueda Google Académico, respondiendo a las siguientes palabras clave: Demencia, Enfermedad de Alzheimer, Drogas anticolinesterásicas y Memantina.
Con el fin de cercar y centrar los resultados obtenidos las ya mencionadas palabras clave se combinaron con los operadores booleano “AND” y “OR.
Tras la obtención de los primeros resultados y con el fin de recopilar aquellos artículos relacionados con el objetivo de este trabajo se establecieron criterios de exclusión y de inclusión: Se descartaron los artículos que no estuvieran en español, resúmenes y artículos de poca relevancia científica. Y se incluyeron los artículos en español, de texto completo, de relevancia científica y con una antigüedad menor a 10 años
Resultado
Actualmente la prevención de esta enfermedad no ha sido abordada de manera efectiva, ni un tratamiento que pueda curar o frene su evolución. Sí que se dispone de tratamientos para paliar alguna de la sintomatología de manera decente, normalmente con el fin de mejorar la cognición y el deterioro conductual (3).
El principal objetivo para el manejo clínico de la esta enfermedad en su evolución de la demencia es establecer un diagnostico precoz, con el fin de iniciar con el tratamiento farmacológico lo antes posible para así disminuir el deterioro cognitivo, conductual y funcional (3,4).
1. FÁRMACOS
A pesar de no existir de momento un tratamiento que cure o estabilice la enfermedad, existen dos grupos de fármacos cuya aplicación está autorizada (4):
Anticolinesterásicos (inhibidores de la acetilcolinesterasa)
Moduladores de la transmisión glutamatérgica (antagonistas de los receptores N-metil-D-Aspartato).
1. Fármacos anticolinesterásicos
Actualmente se están desarrollando fármacos de esta familia, pero aún no está aprobada su utilización, desde 2006 no existe fármacos nuevos de este grupo.
Estudios científicos demostraron el paralelismo entre el déficit colinérgico cerebral y el deterioro cognitivo. De ahí el uso fármacos potenciadores de la función colinérgica (inhibidores de la acetilcolinesterasa).
Los fármacos utilizados para el tratamiento de la demencia recomendadas con un nivel de evidencia clase I son: donepecilo, rivastigmina y galantamina.
Gracias a un antagonista del receptor N-metil D-aspartato (NMDA) no competitivo conocido como memantina se consigue el efecto terapéutico. Su aplicación está orientada en casos de EA moderado y severo. Numerosos estudios acreditan la validez de la memantina, ya bien sola o combinada con un inhibidor de la colinesterasa (5).
En cuanto a su dosificación se debe comenzar con 5mg/día en la primera semana de administración y aumentando de manera gradual hasta alcanzar los 20 mg/día, normalmente dos dosis diarias de 10 mg. (5).
Esta medicación suele ser bien tolerada y la aparición de efectos secundarios son poco frecuentes, entre ellos podemos destacar las alucinaciones y la agitación (5).
Teniendo en cuenta el aumento de esperanza de vida y por consiguiente el incremento de pacientes con enfermedades crónicas, debemos ser conscientes que pese a que el cuidado de este tipo de pacientes es asumido por familiares y no por personal especializado, conlleva a un gran gasto sanitario. Por lo que es imprescindible la formación para en el diagnóstico precoz y correcto del deterioro cognitivo, al igual que la instrucción del manejo del tratamiento farmacológico con anticolinesterásicos y/o memantina acorde a la necesidad del paciente. El personal sanitario debe ser conocedor de las vías de administración al igual que su dosificación que con estos medicamentos se debe efectuar de manera progresiva hasta llegar los rangos terapéuticos óptimos. También es responsabilidad del personal de enfermería la vigilancia de la aparición de reacciones adversas.
1. Organización Mundial de la Salud. Demencia: una prioridad de salud pública [en línea]. Washington DC: OPS; 2013 [acceso enero 24]. Disponible en http://who.int/iris/bitstream/10665/98377/1/9789275318256_spa.pdf
2. López-Pousa S. Epidemiologia de las demencias. En: Alberca R,López Pousa S, editors. Enfermedad de Alzheimer y otras demencias. Madrid : Editorial Medica Panamericana; 20010. p. 25-34.
3. Ferri CP, Prince M, Brayne C, Brodaty H, Fratigliuoni L, Ganguli m, et al. Global prevalence of dementia: a Delphi consensus study. Lancet. 2005; 366:2112-7.
4. Francis,PT ,Palmer,AM, Snape,M, Wilcock,GK. The cholinergic hypothesis of Alzheimer`s disease: A review of progress. J Neurol Neurosurg Psychiatry.2009;66:137-147. Congresos Formación Alcalá 3