Este número 23 de NPunto lo hemos dedicado a aspectos de especial relevancia en Pediatría.
Urticaria aguda. Angioedema en urgencias pediátricas es el título del primero de los artículos. La urticaria constituye uno de los motivos de consulta más frecuentes en la práctica médica, tanto en alergología, como en otras especialidades como dermatología o medicina familiar y en servicios de urgencia; siendo la presentación aguda extremadamente común, afectando posiblemente al 10-20% de la población en algún momento de su vida. Con frecuencia se asocia al angioedema, aunque ambas lesiones pueden presentarse independientemente. El angioedema tiene la misma patogenia que el habón, afectando a zonas dérmicas más profundas y el tejido celular subcutáneo, y resulta en la tumefacción del tejido suprayacente, afectando sobre todo a zonas de piel más laxa. Puede asociar sensación de hormigueo o prurito, y su resolución, por lo general más lenta que la urticaria. Según la duración del episodio, se considera urticaria aguda la que se resuelve en menos de 6 semanas y crónica si dura más de 6 semanas.
Le sigue un tema siempre práctico y de interés como son las Convulsiones en urgencias pediátricas. La mayor parte de las crisis en los niños se deben a trastornos somáticos que se originan fuera del cerebro, tales como fiebre elevada, infección, síncope, traumatismo craneal, hipoxia, toxinas o arritmias cardíacas. El síndrome convulsivo es una de las consultas neurológicas más frecuentes en la edad pediátrica. Aproximadamente 120.000 niños tienen su primera crisis convulsiva en los Estados Unidos cada año; además, cerca del 10% de la población tendrá un episodio convulsivo en algún momento de su vida y del 2 al 4% tendrá recurrencia o presentará epilepsia. El primer paso en la valoración y manejo de una crisis convulsiva es determinar la causa, que hasta el 30% son provocadas, es decir, que son consecuencia de desencadenantes extra cerebrales, como hipertermia, hipoglucemia u otras alteraciones esporádicas y transitorias. Por el contrario, las convulsiones no provocadas son aquellas donde no hay un precipitante evidente que puede haber causado la crisis y que no está relacionada a fiebre, desórdenes hidroelectrolíticos, traumatismo de cráneo reciente, tumor del SNC, evento cerebro vascular, intoxicación exógena y trastornos metabólicos.
Cuidados paliativos pediátricos. Desde la perspectiva enfermera es el tercer artículo de este número. Los CPP son aquellas actuaciones destinadas a niños y adolescentes que padecen una enfermedad incurable, progresiva e incapacitante, y que se inician en el momento del diagnóstico y se mantienen durante toda la evolución de la enfermedad. La OMS observa que los CPP representan un campo especial, aunque estrechamente relacionado, con los cuidados paliativos para adultos. En España Referente a los cuidados paliativos pediátricos la primera unidad que se puso en marcha fue en el Hospital Sant Joan de Deú de Barcelona en 1991. En los últimos años las Comunidades Autónomas han desarrollado planes de Cuidados Paliativos y poseen diferentes recursos que en su mayoría están encaminados a la atención de la población adulta. En España cada año mueren alrededor de 3.000 niños. Según el informe publicado por el INE en febrero de 2017 las causas más frecuentes de muerte pediátrica en el año 2015 fueron: Menores de 1 año: afecciones perinatales y las malformaciones congénitas (79,7% del total de fallecidos de este grupo); en los grupos de edad entre uno y 14 años las causas principales de muerte fueron los tumores (29,4%); las causas externas (38,5%) fueron el principal motivo de muerte entre las personas de 15 a 18 años. Aunque la mortalidad ha descendido, la prevalencia de enfermedades incurables y la discapacidad ha aumentado, por lo que cada vez hay más niños que sobreviven en situación de alta vulnerabilidad y fragilidad, a veces durante años.
Tratamiento sustitutivo en pediatría en cuanto a la función renal. Existen pocos datos sobre incidencia y prevalencia de la enfermedad renal crónica (ERC) en la infancia. El control del hiperparatiroidismo secundario y la normalización de los niveles séricos de calcio, fósforo y vitamina D serán el objetivo del manejo de la enfermedad mineral ósea. El tratamiento de la anemia se basa en la suplementación de hierro y la administración de AEE. Las alteraciones en el metabolismo hidrosalino y en el control del equilibrio ácido-base suelen estar presentes, acompañadas de una mínima disminución del FG. La malnutrición es frecuente en los niños con ERC, sobre todo en los menores de dos años con disminución grave del FG. La intervención nutricional será una parte fundamental en su manejo. El retraso de crecimiento en la ERC es multifactorial. La administración de rhGH, en combinación con la corrección de los otros factores implicados mejora el hipocrecimiento. Existen distintas alternativas terapéuticas para el niño con ERC, cuando ya no es posible el tratamiento conservador de dicha situación: hemodiálisis, diálisis peritoneal y trasplante, siendo el trasplante renal el tratamiento sustitutivo de elección en el niño con ERC, el que proporciona mejor calidad y expectativa de vida.
Cerramos con Tosferina. Diagnóstico, tratamiento y complicaciones, infección respiratoria aguda causada por la Bordetella pertussis. Es una infección endémica que cada tres/cuatro años suele presentar brotes, que son más importantes en la población no vacunada. Presenta una alta contagiosidad, de hasta el 90 % de los contactos no inmunes en el domicilio. Las vacunas frente a la tosferina utilizadas actualmente en España son vacunas inactivadas acelulares (Pa o pa) y forman parte de vacunas combinadas. Se dispone de 7 preparados que incluyen el componente de la tosferina. La eficacia de las actuales vacunas acelulares de 3 o más componentes frente a la tosferina (DTPa) se estima en el 85 % para prevenir cuadros típicos de tosferina y en el 71-78 % para prevenir formas leves de la enfermedad. El tratamiento precoz, fundamentalmente durante la fase catarral, puede reducir la intensidad y la duración de los síntomas, aunque en algunos pacientes el efecto es escaso o incluso nulo si se inicia a partir de los 14-21días del comienzo de la tos. El tratamiento de elección son los macrólidos. La eritromicina fue durante mucho tiempo la primera opción, fundamentalmente por su bajo coste. Sin embargo, la posterior aparición de macrólidos con la misma eficacia y que erradican Bordetella pertussis de la nasofaringe, pero con mejor cumplimiento terapéutico, ha hecho que las guías actuales y las opiniones de los expertos recomienden la azitromicina o la claritromicina como macrólidos de elección.
Como siempre, confiamos resulte de vuestro interés particular y agradeceros las cada vez más propuestas que recibimos en la redacción y las palabras de ánimo y felicitaciones que nos llegan y nos animan a seguir con esta labor de divulgación e investigación científica que nuestros profesionales llevan en sus centros de trabajo. ¡¡Salud¡¡