Cada seis minutos se produce un ictus en España, siendo la primera causa de muerte entre las mujeres españolas y la segunda en hombres.
Apoplejía, derrame cerebral, embolia, trombosis… todos estos nombres son con los que conocemos coloquialmente al ictus.
El término ictus procede del latín y significa golpe o ataque. En la lengua anglosajona es denominado stroke, ambos nos dicen lo mismo y describen la aparición brusca y súbita del proceso.
Es una enfermedad cerebrovascular que comienza de manera repentina, bien por la interrupción de flujo sanguíneo a una determinada zona o por la rotura de un vaso sanguíneo.
Palabras clave: Ictus, tipos, factores riesgo, manifestaciones, fases, secuelas, rehabilitación.
A stroke occurs every six minutes in Spain, being the leading cause of death among Spanish women and the second in men.
Apoplexy, stroke, embolism, thrombosis ... all these names are by which we colloquially know stroke.
The term stroke comes from Latin and means hit or attack. In the Anglo-Saxon language it is called stroke, both tell us the same thing and describe the abrupt and sudden appearance of the process.
It is a cerebrovascular disease that begins suddenly, either by the interruption of blood flow to a certain area or by the rupture of a blood vessel.
Keywords: Stroke, types, risk factors, manifestations, phases, sequelae, rehabilitation.
El objetivo de este trabajo es revisar bibliográficamente artículos científicos de actualidad sobre accidentes cerebrovasculares lo más actualizados posibles plasmando desde la anatomía de un ictus hasta sus secuelas.
La metodología utilizada para la búsqueda de información para la realización de esta revisión bibliográfica se centró principalmente en artículos científicos recientes (del 2016 hasta la actualidad) de revistas médicas relacionadas con el tema principal que es el Ictus. Se ha utilizado buscadores de dichos artículos como Scielo, El Sevier, Google Scholar y, en menor medida, artículos de páginas web.
Los ataques al corazón y los accidentes cerebrovasculares suelen ser procesos agudos cuya causa principal suele ser obstrucciones que impiden que la sangre fluya hacia el corazón o el cerebro.
Las causas más importantes de cardiopatía y accidentes cerebrovasculares son ausencia de dieta sana, sedentarismo, el tabaquismo y el consumo de alcohol en exceso.
El síntoma más común del accidente cerebrovascular es la pérdida súbita, generalmente unilateral, de fuerza muscular en los brazos, piernas o cara. Otros síntomas son: De entumecimiento en la cara, piernas o brazos; confusión, dificultad para hablar o comprender lo que se dice; problemas visuales en uno o ambos ojos; dificultad para caminar, mareos, pérdida de equilibrio o coordinación; dolor de cabeza intenso de causa desconocida; y debilidad o pérdida de conciencia (1).
El ictus es una enfermedad cerebrovascular y se debe a la disminución u obstrucción del flujo sanguíneo. La cantidad de sangre que llega al cerebro no es suficiente y, como consecuencia, las células nerviosas no reciben oxígeno, dejando de funcionar. Al ictus también se le conoce como Accidente Cerebro Vascular (ACV), embolia o trombosis.
Esta enfermedad es más frecuente a partir de los 55 años y su riesgo aumenta proporcionalmente con la edad (2).
Válida sin barreras. Ictus e isquemias: Causas y tipos de ictus.
El ictus constituye el paradigma de enfermedad prevalente, potencialmente grave, de consecuencias evitables y cuyo pronóstico depende de la rapidez y efectividad en las actuaciones.
Según la naturaleza de la lesión cerebral distinguimos dos grandes tipos de ictus:
A.K. Boehme, C. Esenwa, M.S.V. Elkind. Stroke risk factors, genetics and prevention.
El momento en que se desarrolla el ictus isquémico el flujo sanguíneo deja de portar oxígeno y glucosa a la neurona, motivo por el cual la célula sufre un proceso de apoptosis (4).
Es el más frecuente, representando el 85%, donde hablaríamos de accidente transitorio cuando dure menos de 24 horas los síntomas o de infarto cerebral si dura más de 24 horas. Los mecanismos de producción de un accidente cerebrovascular isquémico son dos: Por un trombo (al estrecharse los vasos sanguíneos, principalmente por placas de ateroma, se forma un trombo que obstruye dicho vaso, habitualmente arteria cerebral) o por una embolia (producido por un trombo que viene del corazón, denominado entonces émbolo).
En la década de los 90 se crea el método TOAST para clasificar los accidentes cerebrovasculares isquémicos según su etiología, apareciendo así en 2007 el sistema CCS refinando dicha clasificación (5).
La clasificación TOAST diferencia los siguientes subtipos etiológicos:
La clasificación CCS identifica los múltiples potenciales mecanismos que producen el accidente cerebrovascular isquémico (6):
Se divide en dos tipos, dependiendo la zona donde se produce la rotura del vaso a la que se debe la hemorragia:
Se produce por la rotura de un vaso a nivel intracerebral debido a un traumatismo o a una anomalía de los vasos sanguíneos, ocupando así la sangre al parénquima encefálico.
D.B. Hoch. Hemorragia intracerebral.
El mecanismo de producción de hemorragia subaracnoidea más frecuente suele ser el traumatismo produciéndose laceraciones o contusiones tanto corticales, de arterias o venas donde se produce una extravasación hacia el espacio subaracnoideo.
La causa más frecuente no traumática es el aneurisma intracraneal (7).
Fairview. Sangrado de aneurismas cerebrales.
Estas escalas son escalas necesarias tanto para diagnóstico del ictus como para su tratamiento o derivación a una unidad especializada, siempre y cuando no se emplee excesivo tiempo en aplicarlas a pesar de estar diseñadas para lo contrario.
A continuación, se describen las escalas más utilizadas:
FAST (Face Arm Speech Test)
Los criterios utilizados en esta escala valoran la falta de fuerza en brazos, cara y alteraciones del lenguaje.
Tienen un alto valor predictivo para aquel personal tanto sanitario como no sanitario que establecen un primer contacto con el paciente para comenzar una rápida actuación ante el posible ictus. A pesar de este alto valor predictivo también de lugar a fallos (8).
CPSS (The Cincinnati Prehospital Stroke Scale)
Esta escala valora la presencia de uno o varios de estos síntomas: Dificultad para hablar, falta de simetría facial, ausencia de fuerza en brazos.
Es una forma simple de la escala del NIHSS (National Institute of Health) queriendo identificar pacientes candidatos a recibir trombolisis.
Es una escala que incluso aquellas personas no relacionadas con el ámbito sanitario pueden comprender por lo que resulta útil en las llamadas al servicio de urgencias, siendo capaces así de seguir las instrucciones pertinentes.
LAPSS (Los Angeles Prehospital Stroke Scale)
Es una escala con alta sensibilidad y valor predictivo que utiliza la historia clínica del paciente además de la medición de la glucemia entre otros síntomas presentes.
MASS (Melbourne Ambulance Stroke Screen)
Esta escala es una combinación de las escalas LAPSS y CPSS. Siendo la especificidad este superior a la de CPSS y significativamente superior al LAPSS.
La precisión global de la escala MASS es superior a la presentada por LAPSS y CPSS.
ROSIER (Recognition of Stroke in the Emergency Room)
Esta escala es diseñada para ser administrada en servicios de urgencias.
Es una escala que tiene en cuenta la valoración de signos y síntomas además de la exploración física y anamnesis del paciente (9).
Según la OMS (10), un factor de riesgo es cualquier rasgo, característica o exposición de un individuo que aumente su probabilidad de sufrir una enfermedad o lesión.
La identificación de los factores de riesgo podrá permitir una prevención primaria o reducir las posibles repeticiones en aquellos sujetos que hayan sufrido un ictus (prevención secundaria).
A continuación, vamos a desarrollar los principales factores de riesgo que desencadenan un accidente cerebrovascular:
Hipertensión arterial
La hipertensión arterial (HTA) es el factor más importante tanto para la isquemia como para la hemorragia cerebral, ya que el 70% de los pacientes que sufren un ictus presentan HTA.
El riesgo del aumento de la presión arterial ha demostrado que se encuentra tanto en la presión arterial sistólica (máxima) como en la diastólica (mínima), o ambas.
Los valores recomendados de tensión arterial sistólica deben ser por debajo de 140 mmHg y de tensión arterial diastólica debe ser inferior a 90 mmHg (11).
La presión en el interior de las arterias puede producir un engrosamiento de los músculos que recubren la pared de las arterias produciendo un estrechamiento de las mismas.
Debido a la gravedad que supone una HTA mal controlada y lo silenciosa que es la enfermedad, debe controlarse mediante exámenes rutinarios para establecer un tratamiento adecuad farmacológico y realizando cambios saludables en el estilo de vida.
Edad y sexo
Obviamente son factores de riesgo no modificables donde la edad avanzada es un factor que aumenta la incidencia de ictus.
El ictus ocurre más en hombres que en mujeres, con una incidencia del 30% superior excepto la hemorragia subaracnoidea que es más frecuente en mujeres.
Tabaquismo
Factor de riesgo modificable.
El consumo de tabaco es la primera causa de muerte prematura en los países desarrollados, duplicando el riesgo de una persona de sufrir un ACV isquémico.
Éste hace que la pared endotelial del sistema cerebrovascular se debilite aumentando el daño resultante del ACV (12).
Diabetes
La diabetes mellitus (DM) aumenta entre 1,8 y 6 veces el riesgo de ictus hemorrágico siendo un factor no modificable, pero si controlable.
También aumenta el riesgo de recidiva y de demencia posterior al ictus.
Dislipemia
La dislipemia se relación con los ictus de origen aterotrombótico, asociándose así a niveles elevados de colesterol total y LDL colesterol.
Se deberá implementar hábitos saludables y un tratamiento farmacológico adecuado.
Obesidad, sedentarismo y dieta
La obesidad es un riesgo modificable que aumenta el riesgo de padecer otros factores de riesgo para el ictus como hipertensión, diabetes y dislipemia.
Se recomienda una dieta equilibrada dejando también el sedentarismo a un lado, realizando una ingesta baja en ácidos grasos saturados y trans, carbohidratos refinados y sal, aumentando el consumo de frutas, verduras, carbohidratos complejos y ácidos grasos insaturados.
Tener un peso saludable aleja a estos pacientes del ictus (13).
Anticonceptivos orales
El uso de anticonceptivos orales es el método anticonceptivo más popular y está compuesto por dos tipos de hormonas: Progestágenos y estrógenos.
Estas píldoras aumentan el riesgo de trombosis arterial pero su relación con el ictus isquémico no está comprobada en su totalidad.
Alcohol
El alcohol no es un factor de riesgo, sino que produce factores de riesgo, es decir, el alcohol tanto de manera esporádica como habitual producen hipertensión, fibrilación arterial, diabetes, sobrepeso… todas ellas son potencialmente factores de riesgo para el ictus.
Evidentemente son factores de riesgo modificables: Si se reduce la ingesta de alcohol, se reducen las posibilidades de sufrir un ictus (14).
Drogas
El consumo tanto habitual como esporádico de drogas puede producir ictus, ante la gran variedad de las mismas destacar que dependiendo del tipo de sustancia, se puede producir un tipo diferente de accidente cerebrovascular y otro.
Por ejemplo, aquellas personas que consumen cocaína tienen el doble de riesgo de padecer un ictus hemorrágico, mientras que aquellas que consumen anfetaminas tienen cinco veces más posibilidades de padecer un ictus isquémico.
Ateromatosis del cayado aórtico
Las placas grandes de ateroma, tanto trombosadas como ulceradas sin un factor de riesgo poco conocido, en ictus isquémico (15).
Enfermedades cardíacas
Las enfermedades cardiovasculares son aquellas que afectan al corazón y vasos sanguíneos (arterias, capilares, venas) de todo el organismo.
Aproximadamente un 20-30% de los ictus están relacionados con enfermedades cardiacas como la insuficiencia cardiaca congestiva, endocarditis bacteriana, fibrilación auricular, infarto agudo de miocardio con trombo ventricular izquierdo y valvulopatías entre otras (16).
También los ictus pueden deberse a intervenciones cardiacas.
El tratamiento preventivo farmacológico más utilizado es la anticoagulación con antagonistas de la vitamina K, siendo superior su utilización a la del ácido acetilsalicílico.
Estenosis carotidea asintomática
Una estenosis carotidea es un estrechamiento de la arteria carotidea como consecuencia de la presencia de placas de ateroma en cada arteria.
Tanto si son sintomáticas como asintomáticas son elevados factores de riesgo para el ictus, preocupándonos más aquellas asintomáticas ya que al no presentar síntomas el paciente, esta estenosis está sin controlar médicamente.
Los tratamientos elegidos para la estenosis carotidea serían la endarterectomía (limpieza del interior de la arteria) o la colocación de un stent en el interior de la arteria carótida (17).
Cuando un ictus se declara puede ser repentinamente o de una forma más aguda. El tiempo que pasa entre los síntomas y la declaración de la enfermedad se denomina ventana terapéutica.
Es ahí, en esa ventana, donde se puede disminuir la gravedad del ACV pautando tratamientos efectivos. La rápida actuación es imprescindible para aprovechar la ventana terapéutica.
Hospitales San Roque. Ictus, una epidemia evitable.
¿Cómo se manifiesta el Ictus?
Las principales manifestaciones del ictus son la dificultad para hablar o comprender, la pérdida de fuerza y/o sensibilidad en hemicuerpo y la pérdida de campo visual en uno o ambos ojos, entre otras menos comunes, pero también significativas a la hora de diagnosticar un ictus.
Para salir de dudas ante la sospecha de ictus podemos indicar tres instrucciones al paciente:
Debido a la complejidad el cerebro, puede haber muchos más síntomas como la pérdida del equilibrio, la diplopía o el dolor de cabeza intenso repentino (18).
¿Puede ser asintomático un ictus?
Existen infartos cerebrales silentes encontrados en resonancias magnéticas o TAC que se realizan por otra patología de manera casual. No por ser silentes son benignos, servirían como herramienta predictiva que nos indica el riesgo de sufrir un siguiente ictus aumentando la posibilidad de demencia y de deterioro cognitivo (19).
¿Cómo se diagnostica un ictus?
Ante la sospecha de un ictus, comienza una carrera contrarreloj donde la rapidez de los profesionales es la clave para la supervivencia y posterior recuperación del paciente.
Código ictus
Es el protocolo que incluye los parámetros para reconocer, trasladar y tratar al paciente con ictus de la manera más exitosa posible.
La recogida de dato en la historia clínica es de máxima importancia recogiendo la hora de inicio del ictus, antecedentes, medicación, etc.
Se realizará electrocardiograma, exploración clínica, saturación, analítica de sangre, TAC.
A raíz de estos resultados el neurólogo será el que paute el tratamiento específico.
Tras aplicar el protocolo marcado por el Código ictus, una vez estabilizado el paciente en el hospital, debe buscarse el origen del accidente cerebrovascular y reconocer aquellos factores que lo han provocado (20).
Como ya hemos comentado anteriormente, la clave es la rapidez de la actuación profesional. Una vez ingresado hospitalariamente el paciente, se le realiza un diagnóstico específico del ictus mediante un estudio de la causa que después servirá para imponer medidas preventivas evitando episodios recurrentes.
Ante la sospecha de ictus el paciente debe permanecer ingresado hospitalariamente para realizar un diagnóstico específico donde se debe descartar o buscar si detrás de estas manifestaciones clínicas hay otra enfermedad neurológica y realizar un diagnóstico diferencial. Por ejemplo, en el TAC las hemorragias cerebrales se ven en el momento, sin embargo, las lesiones cerebrales isquémicas se ven pasadas 24 horas.
Durante el ingreso se realiza también el tratamiento específico quirúrgico, se estudia la causa e iniciamos el tratamiento rehabilitador (21).
Son aquellos tratamientos dirigidos a disolver o extraer el trombo o émbolo que está obstruyendo la arteria del cerebro permitiendo restablecer una circulación normal.
Cuanto mayor sea la lesión, mayores serán las secuelas y cuanto antes se actúe mayor serán las probabilidades de éxito.
Existen dos técnicas de recanalización: Trombólisis intravenosa y tratamientos endovasculares (22).
Trombólisis intravenosa
Consiste en la aplicación de un fármaco que disuelva el trombo. Realizar esta técnica requiere unas condiciones neurológicas que no todos pacientes reúnen.
Tratamiento endovascular
A través de la arteria femoral se introduce un catéter dirigiéndolo hasta el sitio del cerebro donde este situado el trombo para intentar extraerlo.
Ambas son técnicas complejas e invasivas, siendo esta ultima la que puede producir desgarros o perforaciones en algunas arterias (23).
En esta imagen se puede observar paciente con ictus isquémico agudo de la circulación posterior. A) Arteriografía cerebral que muestra obstrucción de la arteria basilar. B) Recanalización tras la trombólisis con uroquinasa intraarterial y estenosis grave por una placa de ateroma. C) Control final de la arteria basilar, ya totalmente permeable tras la colocación del stent.
Escudero, D., Molina R., Viña L., Rodríguez P., Marqués L., Fernández et al. Tratamiento endovascular y trombólisis intrarterial en el ictus isquémico agudo.
Las principales secuelas tras sufrir un ictus son las siguientes:
Una de las principales secuelas motoras del ictus es la hemiplejia (parálisis de un hemicuerpo) o hemiparesia (pérdida de fuerza un hemicuerpo), siendo la característica principal la postura de estas lesiones: Brazo en flexión y pierna en extensión.
Es obvio que estos trastornos restan calidad de vida al impedir realizar las actividades de la vida diaria en mayor o menor medida.
Otra secuela motora frecuente es a disfagia que presenta dificultades para la deglución teniendo que precisar del uso de sonda naso gástrica para poder alimentar al paciente (24).
Los trastornos más comunes del habla son:
Afasia
Es el trastorno del habla debido a lesiones en las partes del cerebro que controlan el lenguaje. Existen varios tipos:
Disartria
Dificultad para articular palabras aun pudiendo formarlas correctamente (25).
Demencia
El ictus es la segunda causa de demencia debido al daño producido en el cerebro.
Problemas de equilibrio
El principal riesgo de esta secuela es la alta probabilidad de sufrir caídas.
Alteraciones emocionales, ansiedad y depresión
Las alteraciones más frecuentes son la irritabilidad incluso agresividad del sujeto, presentándose también la depresión en el 40% de los pacientes con ictus (26).
Epilepsia
Suele debutar a los meses de sufrir el ictus confundiéndose a veces con una recidiva.
Dolor
Puede ser dolor central, debido a la lesión cerebral, o de las articulaciones, debido a la falta de movilidad, siendo el hombro la articulación más frecuentemente afectada, a lo que llamamos hombro congelado. El mejor tratamiento para esta patología es la fisioterapia (27).
El principal objetivo de la rehabilitación es conseguir la máxima recuperación funcional del paciente ayudando a la integración a su nueva situación que debe afrontar después del ictus, superando las dificultades que se pueda encontrar para realizar las actividades de la vida diaria.
Tras esta rehabilitación se encuentra un equipo multidisciplinar formado por médicos, enfermeras, fisioterapeutas, ortopedas y logopedas. Este equipo realiza un planteamiento personalizado ya que cada paciente tendrá diferentes secuelas cuyo objetivo será minimizar las mismas (28).
El papel del fisioterapeuta ate un ictus es impedir las complicaciones, minimizar los deterioros y maximizar la función.
El paciente deberá recibir una atención fisioterapéutica temprana. En un primer contacto el fisioterapeuta realizará una evaluación del paciente para planificar el tratamiento y comenzar realizando movilizaciones pasivas de las articulaciones buscando no perder rango articular ni masa muscular.
El gran enemigo que se va a encontrar el fisioterapeuta será la espasticidad que no le va permitir realizar esas movilizaciones en unos rangos tan amplios como quisiera (29).
El segundo o tercer día se recomienda levantar al paciente, excepto aquellos que estén muy afectados a nivel conciencia.
Una vez alcanzado un nivel máximo de recuperación, el fisioterapeuta deberá enfocar su tratamiento a que el paciente no pierda lo aprendido.
De una manera temprana y como uno de los principales objetivos a corto plazo debe ser el control del tronco y equilibrio en sedestación. Esto nos dará el primer paso para un control postural que permita mantener una función respiratoria óptima y realizar una correcta deglución (30).
También nos centraremos en recuperar la simetría de la pelvis que favorecerá la bipedestación, equilibrio y, por lo tanto, posterior marcha.
Entre las diferentes terapias utilizadas en rehabilitación, desarrollaremos las más utilizadas.
La técnica espejo resulta muy interesante para la rehabilitación de las paresias de miembros superiores (una de las secuelas más comunes de esta afectación).
Aunque esta técnica inicialmente se utilizaba en el tratamiento de miembros fantasma en amputados, se ha demostrado que resulta efectiva para la recuperación del miembro afecto en hemiplejias y hemiparesias.
Es una terapia cognitiva que consiste en colocar un espejo en el plano sagital reflejando el miembro sano del paciente viendo cómo se mueve su miembro con normalidad. De esta manera trabaja a neurona espejo.
Neila, J.M. Terapia espejo.
¿Qué es la neurona espejo?
Son neuronas que se activan cuando vemos a alguien haciendo algo, herramienta principal para el aprendizaje. Son, por ejemplo, las responsables de los bostezos cuando vemos a alguien bostezar.
Ese grupo de neuronas trabajan mucho en la empatía e incluso en la toma de decisiones, pero en cuanto a la rehabilitación del miembro afecto en el ictus se refiere, causa un efecto visual cuando el paciente cree que es su miembro parético el que se mueve con normalidad ya que esa es la imagen que le devuelve el espejo.
La observación de los movimientos causa actividad neuronal en las areas motoras del hemisferio afectado proporcionando también plasticidad neuronal produciendo una mejora en la respuesta motora (31).
La realidad virtual aplicada a la rehabilitación del ictus es una terapia basada en la inmersión total o parcial del paciente en escenas generadas por dispositivos electrónicos proporcionando una retroalimentación visual y sensorial.
Esta terapia debe realizarse una vez pasada la fase aguda, siendo más utilizada en fase crónica mejorando el tono muscular y el rango de movimiento del miembro afecto.
Equipo ED. La realidad virtual que materializa el movimiento.
El equilibrio es la capacidad de mantener el centro de gravedad de nuestro cuerpo proyectado dentro la base de sustentación del mismo.
El sistema nervioso central procesa toda información suministrada por el sistema somatosensorial vestibular y visual elaborando una respuesta con el objetivo de mantener el control postural.
Los pacientes que han sufrido un ictus presentan un deterioro de la actividad anticipatoria muscular del lado parético.
El sistema nervioso central posee la propiedad de la neuroplasticidad, capaz de modificar su funcionamiento y reorganizarse ante cambios, en este caso lesiones. Esto hace que se creen nuevas sinapsis por crecimiento y formación de colaterales axiónicas para ayudar a recuperar la función (32).
Se reorganizan funcionalmente en la zona dañada participando zonas vecinas para recuperar el córtex.
El equilibrio se comporta de la siguiente manera en las distintas fases postictus:
FlintRehab. 5 pasos efectivos para volver a caminar.
El concepto Bobath fue ideado por Berta y Karel Bobath en los años 50 y enfocado para evaluar y tratar a aquellas personas con trastornos funcionales de movimiento que han sufrido lesiones en su sistema nervioso central.
Ortotecsa. Concepto Bobath.
C. Magro. El concepto bobath como proceso de razonamiento clínico: Un caso práctico.
Los fundamentos en los que se basa el Concepto Bobath son los siguientes:
En resumen, la técnica de Bobath INHIBE el tono y los patrones de movimiento anormales, FACILITA el movimiento normal y ESTIMULA la hipotonía o atrofia muscular.
J. García. Hemiplejia del adulto Bobath.
Durante el primer año, hasta un 72% del paciente hemipléjico sufrirá algún episodio de hombro doloroso asociado a la espasticidad y la subluxación del hombro.
En las primeras fases tras el ictus son útiles las medidas de sujeción como el cabestrillo hasta que el brazo recupere tono muscular.
No se recomiendan las infiltraciones intraarticulares de esteroides para el manejo del dolor, siendo los analgésicos simples o AINES la elección más acertada en estos episodios de dolor agudo.
Estos pacientes deben ser derivados a unidades especializadas de rehabilitación para el abordaje de esta lesión (36).
Entre las secuelas más comunes encontramos unas más frecuentes que otras.
Las secuelas físicas más frecuentes son:
Entre las menos frecuentes se encuentran:
Entre las alteraciones cognitivas más frecuentes están:
Sin embargo, las menos frecuentes son:
Las alteraciones del humor más frecuentes son la depresión y ansiedad, siendo menos frecuente la labilidad emocional.
Entre las complicaciones más frecuentes para las actividades de la vida diaria son subir escaleras, vestirse, ir al baño; siendo menos frecuente la incapacidad para asearse, alimentarse o pasear (37).
A continuación, describiremos las escalas que se utilizan para valorar funcionalmente a un paciente tras sufrir un ictus (31).
Escala de Rankin Modificada
Índice de Barthel
Escala de medida de independencia funcional
El paciente y su familia deben estar informados sobre qué les ha pasado y qué le va a pasar previsiblemente, de una manera aproximada.
Se les informará sobre los problemas físicos, psicológicos, posible afectación neurológica y duración de la rehabilitación.
Se les aconsejará sobre los cuidados que deben seguir en la vida diaria (38).
Aseo e higiene personal
En caso de existir incontinencia urinaria o fecal debe extremarse la higiene con el fin de evitar infecciones.
Siempre haremos partícipe al paciente en la medida de lo posible facilitándole aquel material necesario como por ejemplo un taburete en el plato de ducha con agarraderas.
Aquel paciente que se encuentre encamado y que sea dependiente a la hora del baño, por lo tanto, deberá ser bañado con esponja jabonosa teniendo especial cuidado en el secado de los pliegues (39).
Alimentación
El paciente debe estar bien alimentado e hidratado ya que esto favorece que no aparezcan úlceras por presión intentando así evitar el estreñimiento con el aporte de fibra necesario.
En el caso que el paciente no trague correctamente se debe modificar la textura a las necesidades del mismo. Por ejemplo, triturar en caso de no poder tragar los sólidos o tener dificultad.
Si la disfagia se trata de líquidos la comida debe espesarse hasta tolerar la deglución.
En caso de tener una alimentación por sonda debe estar vigilada por su médico. En este tipo de alimentación el paciente debe permanecer sentado o semisentado, mantener limpia la sonda en caso de obstrucción y tener una correcta higiene bucal, procurando evitar también la aparición de llagas en la nariz.
Actividades de la vida diaria
Si el paciente presenta las habilidades necesarias para llevar a cabo las actividades que normalmente realizaba, pero sin embargo presenta dificultades, sería un buen candidato para realizar terapia ocupacional, intentando así conseguir una mayor autonomía e independencia (40).
El virus Sars-CoV-2 puede provocar ictus debido a que la inflamación sistémica puede sistémica puede desestabilizar uno de los factores de riesgo del ictus: Las placas de ateroma, rompiendo la cápsula fibrosa que le envuelve y dejando libre las sustancias trombogénicas (41).
La disfunción endotelial produce un aumento en la síntesis de trombina y disminución de fibrólisis contribuyen a un estado protrombótico.
En conclusión, le elevación del dímero-D en estos pacientes es un marcador de hipercoagulabilidad y de mal pronóstico (42).
Un gran enemigo del ictus en tiempos de pandemia es el miedo de los pacientes de acudir al hospital y que los recursos sanitarios se encuentren saturados ocupándose de los enfermos afectados por la COVID19.
La mortalidad y la discapacidad descienden significativamente gracias a las Unidades de Ictus creadas, siendo la rápida identificación de síntomas la clave para una rápida actuación ante la enfermedad.
Reconocer los factores de riesgo de los pacientes es una pieza clave de la medicina de Atención Primaria, primero para poder controlar los factores no modificables aplicando tratamientos posibles, y poniendo remedio a los modificables (bajar de peso, mejora de la dieta) y previniendo a la población mediante una Escuela de Salud que informe sobre los riesgos de los malos hábitos.
Redacción Médica. Guía Rápida de Enfermería para detectar un ictus de forma temprana.
Una vez ya en manos del personal sanitario cualificado, es precisa la creación de un equipo multidisciplinar que realice una planificación de tratamiento para mitigar las secuelas, siendo por supuesto, la prioridad la supervivencia del paciente.
Una vez el paciente esté de alta hospitalaria, tanto él como sus familiares deben aprender a vivir con el ictus y sus secuelas, buscando la mayor autonomía y la mejor calidad de vida del paciente.
En resumen, en el ictus debe prevalecer primeramente la prevención, la rápida intervención ante sospecha de Ictus, el tratamiento de un equipo multidisciplinar que ayude al paciente a poder realizar las actividades de la vida diaria de una manera lo más independiente posible.