Objetivos: El objetivo de este trabajo es conocer que es la obesidad infantil y su relación con la dieta en los colegios. Para ellos se analiza la prevalencia de la obesidad infantil en España, las causas que lo provocan y para prevenir la obesidad o tratarla se identificará medidas a tener en cuenta.
Metodología: Se ha realizado una revisión bibliográfica narrativa, utilizando bases de datos como Google Académico, Pubmed, Cochrane, Scielo, entre otras; y páginas web oficiales.
Desarrollo: La obesidad infantil o pediátrica es una afección que padecen niños de entre los 2 a 17 años de vida, y que en España afecta a un 5.9% de la población infantil según las últimas cifras.
Esta enfermedad tiene una gran repercusión en la salud del niño, pudiendo desarrollar enfermedades concomitantes tales como enfermedades cardiovasculares, enfermedades endocrinas, enfermedades musculoesqueléticas, desórdenes mentales, etc.
Por todo lo anterior, es importante detectar precozmente el sobrepeso infantil para evitar llegar a desarrollar obesidad en los niños, además debemos saber prevenirlo con alimentación saludable y actividad física regular como pilares de una buena base que debe ser aportados en el ámbito escolar y en el ámbito doméstico.
Conclusiones: La obesidad infantil es una enfermedad grave en la edad infantil con un claro aumento en este último periodo de tiempo, por lo cual debemos prevenir el incremento del número de casos. Así pues, debemos llevar a cabo una serie de cambios en nuestros estilos de vida e incluso realizar cambios en socioeconómicos para mejorar el pronóstico y así evitar las complicaciones asociadas a esta patología.
Palabras clave: Obesidad pediátrica, dietoterapia, prevención y control, cirugía, epidemiología, complicaciones.
Objectives: The objective of this work is to know what childhood obesity is and its relationship with diet in schools. For them, the prevalence of childhood obesity in Spain is analyzed, the causes that cause it and to prevent obesity or treat it, measures to be taken into account will be identified.
Methodology: A narrative bibliographical review, using databases such as Google Scholar, Pubmed, Cochrane, Scielo, among others; and official web pages.
Development: Childhood or pediatric obesity is a condition suffered by children between the ages of 2 and 17, and which in Spain affects 5.9% of the child population according to the latest figures.
This disease has a great impact on the child´s health, being able to develop concomitant diseases such as cardiovascular diseases, endocrine diseases, musculoskeletal diseases, mental disorders, etc.
For all of the above, it is important to detect childhood overweight early to avoid developing obesity in children, we must also know how to prevent it with healthy eating and regular physical activity as pillars of a good base that must be provided in the school environment and in the domestic sphere.
Conclusions: Childhood obesity is a serious disease in childhood with a clear increase in this last period of time, for which we must prevent the increase in the number of cases. Thus, we must carry out a series of changes in our lifestyles and even make socioeconomic changes to improve the prognosis and thus avoid the complications associated with this pathology.
Keywords: Pediatric obesity, diet therapy, prevention and control, surgery, epidemiology, complications.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el sobrepeso y la obesidad se definen como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud y conllevar el desarrollo de alteraciones de la salud que antes solo se relacionaban con los adultos. (1, 2)
En el caso de los niños menores de 5 años la obesidad se define como el peso para la estatura con más de tres desviaciones típicas por encima de la mediana establecida en los patrones de crecimiento infantil de la OMS, y en el caso de los niños de 5 a 19 años la obesidad es mayor que dos desviaciones típicas por encima de la mediana establecida en los patrones de crecimiento infantil de la OMS. (1)
Fuente: OMS. Ginebra. 2007
Entendiendo por ello como desviación típica (σ) con respecto a la mediana, a lo alejado o cerca que está un valor numérico de los demás datos del conjunto. E interpretamos como mediana como el número situado en el centro de un conjunto de números; es decir, la mitad de los números tiene valores mayores que la mediana y la otra mitad tiene valores menores. (3,4)
Desviación típica ejemplificación en imagen. Fuente: José Pérez Leal. Blogger. 2014
La OMS estima que en el año 2016 más de 1900 millones de adultos mayores de 18 años tienen sobrepeso y de los cuales 650 millones obesidad. Para la población de niños y adolescentes, en 2016 más de 340 millones presentan sobrepeso u obesidad, favoreciendo un aumento exponencial de la prevalencia, pasando de un 4% en 1975 a un 19% para el año 2016. (1)
Según el estudio Aladino sobre sobre la Alimentación, Actividad Física, Desarrollo Infantil y Obesidad en España en el año 2020, apuntan que alrededor de un 40,6% de los niños de entre 6 y 9 años tienen sobrepeso u obesidad. Esta estadística sitúa a España como el cuarto país europeo con mayor prevalencia de obesidad infantil. (2, 5, 11)
Fuente: Ministerio de Sanidad. Encuesta Europea de Salud en España (EESE). 2020
La problemática radica, en que cada vez hay más obesidad y sobrepeso en edades más tempranas y con el paso de los años este número se va incrementando como se pude ver a continuación. (5, 6, 7)
Además, según el último estudio de la OMS sobre el sobrepeso y la obesidad infantil y juvenil, el número de niños y adolescentes obesos en todo el mundo se ha multiplicado por 10 en las últimas cuatro décadas, y la previsión es que en cinco años haya más jóvenes con sobrepeso que por debajo de su peso adecuado. (5, 6, 7)
Para el estudio epidemiológico de la obesidad infantil a lo largo de los años, se han diseñado diversos estudios con tal fin, como el estudio PAIDOS´84 que reflejaba la prevalencia de obesidad es España en niños para ambos sexos con un 4,9%, y posteriormente en estudio EnKid desarrollado para evaluar el estado nutricional de la población infanto-juvenil española de 2 a 24 años entre los años 1198 al 2000 sobre una muestra de unos 3534 niños a nivel nacional. (8, 9, 45)
De este estudio, se evidencio que la prevalencia de la obesidad es España fue de 13,9% (15,6 % de varones y 12 % en mujeres) y la de sobrepeso del 12,4%, fundamentalmente en edades entre los 6 a los 13 años. Por zonas geográficas destacaban Canarias (18 %) y Andalucía (15,6 %) por encima de la media, y el noreste (9,8 %) y el Levante por debajo, mientras que el norte (12,5%) y el centro se encontraban entorno a la media. En este estudio se utilizó como criterio de obesidad el de cifras de Índice de Masa Corporal (IMC) por encima del percentil 95 según las tablas de la Fundación Orbegozo (Anexo 1), que por ejemplo para niños mayores de 0 años y menores de 2 sería: (8, 9, 45, 52)
Fuente: Instituto de Investigación sobre Crecimiento y Desarrollo. Fundación Faustino Obergonzo Eizaguirre. Bilbao.
Los informes publicados por la International Association for the Study of Obesity en 2007 indican que los países con más alto índice de sobrepeso en la edad infantojuvenil son España (35 y 32% para niños y/o niñas, respectivamente), seguidos por Malta (30,9 y 20,1%), Portugal (25,9 y 34,3%), Escocia (29,8 y 32,9%) e Inglaterra (29 y 29,3%). (9)
Fuente: Arian Tarbal. Observatorio de Salud de la Infancia y la Adolescencia. 2019
En estudios epidemiológicos posteriores, se han mostrado una tendencia creciente en los últimos 15 años, habiéndose triplicado su frecuencia en niños/as de 6 a 12 años, entre los años 1984 y 2000. (8)
La obesidad es un problema que hay que atajar desde la infancia, especialmente en un país, cuyo índice de obesidad infantil es muy elevado. Por eso, es fundamental, entre otras cosas, controlar la alimentación en los centros escolares y la detección precoz de los casos. Una de las mejores estrategias para reducir la obesidad infantil es mejorar la alimentación y los hábitos de ejercicio de toda la familia. Por todo ello, el 3 de Mayo de 2006 se aprobó la Ley Orgánica 2/2006 de Educación donde se recoge: “El desarrollo de hábitos saludables, el ejercicio físico y el deporte como uno de los fines hacia los que se orientará el sistema educativo español”. (2, 7, 40)
La existencia del comedor en las entidades escolares se recoge en el artículo 65 de la Ley Orgánica 1/1990 del 3 de Octubre sobre la ordenación general del Sistema Educativo como servicio que presta la administración Educativa y que deben tener una oferta alimentaria que cumpla con las recomendaciones nutricionales para niños en edad escolar, recogidas en la Orden del Ministerio de Educación y Ciencia de 24 de Octubre de 1992, en los reales decretos 82/1996 y 83/1996 por lo que quedan aprobados los reglamentos orgánicos de las escuelas por las comunidades autónomas abordando su definición, funcionamiento, usuarios, modalidades de gestión, organización y funcionamiento, y posterior la Ley 33/2011 de 4 de Octubre, que sigue las pautas de la OMS para alimentación infantil. (7, 40, 43)
Además, el comedor escolar no solo proporciona alimentos mediante la oferta de menús, sino que también, tiene función nutricional al satisfacer las necesidades nutricionales de los escolares y función educativa complementaria a la enseñanza mediante la cual se ve reforzada la adquisición de hábitos alimentarios saludables según las recomendaciones acordadas en el Pleno del Consejo Internacional del Sistema Nacional de Salud el 29 de Junio de 2005 que favorece el desarrollo y la promoción de la salud. (7, 40, 43)
Por todo lo anterior se puede concluir que se debe optar por menús coherentes con una alimentación saludable, por lo que los menús infantiles se deben basar en la dieta mediterránea, la cual se entiende como un plan de alimentación saludable que se fundamenta principalmente en el uso de los vegetales, e incorpora los sabores y métodos de cocina tradicionales de la región. Por tanto, la oferta alimentaria debe satisfacer entre el 30 al 35% de las necesidades energéticas y proteicas del alumnado, además de las necesidades nutricionales de vitaminas y minerales, especialmente los aportes de hierro, calcio, cinc, magnesio, vitamina A y E, y folatos. (10, 43, 44)
La OMS identifica que la principal causa de sobrepeso y obesidad es el desequilibrio energético entre calorías consumidas y gastadas. Es decir, consumo elevado de calorías y disminución del gasto relacionado con el sedentarismo. (1)
Este desequilibrio se ve reflejada con los cambios en los hábitos alimentarios y de actividad física influenciados negativamente por: Cambios ambientales, falta de políticas efectivas a tal fin, cambios sociales, alteraciones en la planificación urbana, educación deficiente, entre otras. (1)
Como factores de riesgo podemos encontrar: (12)
El tratamiento de la obesidad en el niño debe iniciarse en el momento cuando se realiza el diagnóstico de la alteración, para evitar problemas asociados en edades futuras. Los pilares fundamentales del tratamiento son una dieta variada adecuada para construir una dieta saludable y ejercicio físico continuado en el tiempo que ayude a quemar la energía excedente. (1, 44, 45)
El principal abordaje terapéutico en la obesidad en la etapa infanto-juvenil es el no farmacológico, que se basa en tres pilares fundamentales: Cambio en el comportamiento, cambios nutricionales y fomento de la actividad física. Se debe optar por limitar la ingesta energética, aumentar la actividad física al día y cambios saludables en los hábitos de vida (1, 45)
Existen diferentes guías practicas a disposición de los usuarios participes en el abordaje de la obesidad como la guía del Ministerio de Sanidad Español, la cual recomienda enfocarnos en los anteriores pilares señalados para conseguir una intervención eficaz y revertir la problemática, o las infinidades pales de acción diseñados por la OMS con el objetivo de prevenir y controlar las enfermedades no transmisibles como el sobrepeso u obesidad con la Estrategia Mundial sobre el Régimen Alimentario, Actividad Física y Salud. (1, 45)
Describir que es la obesidad infantil y su relación con la dieta en los colegios.
Se plantea una Revisión Bibliográfica Narrativa, tutorizada por Nuria García Enríquez, que trata sobre la obesidad infantil en España, con el título: “REVISIÓN BIBLIOGRÁFICA: LA OBESIDAD INFANTIL Y LA DIETA EN LOS COLEGIOS”. Esta revisión reúne e interpreta la información de diversos estudios, artículos originales y sedes web, acerca del tema a tratar anteriormente citado. Las bases de datos utilizadas para elaborar esta revisión bibliográfica han sido: Pubmed, Google Académico, Dialnet, Scielo, MedlinePlus, Elservier y Páginas de Organismos Oficiales como Organización Mundial de la Salud o Asociación Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición, entre otras.
Se realizaron búsquedas en Scielo, Dialnet, Elservier utilizando un lenguaje natural, en Pubmed se emplearon palabras clave escogidas según la terminología MeSH (Medical Subject Headingd) y Descriptores en Ciencias de la Salud (DeCS). Como descriptores MeSH se han utilizado:
Y como descriptores DeCS:
En Google Académico y en las páginas de Asociaciones y Organismos Oficiales (como Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, Organización Mundial de la Salud y/o Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición, entre otras), se utilizó un lenguaje natural para la recopilación de datos sobre prevalencia, epidemiologia, tratamiento, historia de la enfermedad y/o prevención, con palabras clave como:
Los criterios de inclusión de los artículos para la revisión fueron que estuvieran publicados en los últimos 7 años, en el idioma inglés y español, aunque se incluyen artículos anteriores a 7 años por su relevancia con el tema a tratar, el rigor científico y puesto que no existen versiones actualizadas de los mismos hasta la fecha.
La obesidad infantil también conocida como adiposidad, es una afección grave de la salud que afecta a niños y adolescentes en edad escolar debido a una mala alimentación, falta de actividad física o relacionado a un trastorno de la conducta alimentaria, que se caracteriza por el acumulo excesivo de grasa corporal a nivel celular en el organismo favorecido por un balance energético positivo. Esta enfermedad es el trastorno nutricional más común en la población menos a 18 años fundamentalmente debido a factores conductuales inadecuados, cambios sociales, laborales y del estilo de vida. (2, 14, 17, 31, 44)
Esta enfermedad es un problema de salud pública porque el sobrepeso en estas edades a menudo genera que el niño comience a padecer problemas de salud a nivel endocrino, cardiovascular, como la diabetes tipo 2, hipertensión arterial o el colesterol alto en sangre, además de algunos tipos de canceres o incluso alteraciones del sueño o de la conducta del niño. La obesidad infantil también puede generar baja autoestima y depresión en los niños o adolescentes, generando trastorno de la imagen personal. (2, 17, 19)
Dentro del término obesidad, podemos encontrar diferentes subcategorías y tipos en función de los parámetros que utilicemos para clasificarlos, por ello podemos clasificar la obesidad pediátrica según la estimación indirecta del contenido graso corporal con el empleo del IMC, cálculo de la distribución de la grasa o desde un punto de vista clínico. Pero también podemos cuantificar el contenido graso mediante la medición directa y precisa con técnicas específicas como bioimpedanciometría, mediante la cual se mide la cantidad de grasa, masa muscular, estado de hidratación del individuo. (41, 45, 48)
Según este punto de vista se estudia la relación entre la masa corporal del individuo en kg y su estatura en m2, y se considera que existe obesidad infantil cuando el IMC se encuentra por encima del percentil 95 para edad y sexo (Anexo 2). (41, 46, 47)
Fuente: OMS. Ginebra. 2007
Por otro lado, para la edad infantil, existe obesidad leve si el IMC esta entre 28 y 30 kg/m2, obesidad moderada si es entre 30 y 35 kg/m2 y obesidad severa o mórbida si el IMC es superior a 35 kg/m2. (41, 46)
Se divide en tres tipos, obesidad generalizada cuando la grasa de distribuye por todo el cuerpo y no se localiza en ninguna zona corporal concreta. Nos referimos a obesidad androide cuando la grasa genera una forma de manzana distribuyéndose la grasa en la zona central del cuerpo y es la que con mayor probabilidad está relacionada con afecciones cardiovasculares y metabólicas. Por otro lado, la obesidad ginoide que proporciona una forma de pera a la persona cuando la grasa de distribuye y concentra en la zona de la pelvis, y es más frecuente en mujeres. Y, por último, la obesidad visceral cuando la grasa se concentra en la zona intraabdominal. (41)
La obesidad exógena es la más frecuente y es debida a una inadecuada alimentación y baja actividad física influenciada por los factores ambientales que rodean al niño. Por otro lado, la obesidad endógena es debido a un mal control del metabolismo energético por el hipotálamo. Asimismo, la obesidad endógena puede ser debida a causas genéticas derivada de padecer síndromes polimalformativos como el síndrome de Prader-Willi o debido al síndrome de Bardet-Biedl. Sin embargo, la obesidad secundaria es debido a lesiones en el Sistema Nervioso Central (SNC) secundario a traumatismos craneoencefálicos, tumores, tratamientos como antipsicóticos, entre otros. (31, 34)
Según la OMS, la obesidad mundial casi se ha triplicado desde 1975. En 2016 se estimó que 340 millones de niños y adolescentes de entre 5 a 19 años y 41 millones de niños menores de 5 años tenían sobrepeso u obeso en todo el mundo. Si nos fijamos en cifras españolas, según el estudio ENPE (Estudio Nutricional de la Población Española), la prevalencia de sobrepeso y obesidad en la población de entre 3 a 24 años supera el 30 %, mientras que el 16 % presenta sobrepeso y obesidad abdominal concomitante. Sin embargo, los datos del último estudio ALADINO (Dieta, Actividad Física, Desarrollo Infantil y Obesidad) de 2019 muestran una tendencia a la baja del sobrepeso desde 2011 en un 3.9% de los casos. (26, 31, 38)
Aunque existen pocos registros epidemiológicos a nivel nacional disponibles, el estudio ALADINO en el año 2019 muestran una estabilidad dentro de la tendencia decreciente de los casos de obesidad y exceso de peso infantil con un porcentaje de 40,6% niños que presentan exceso de peso, padeciendo un 23,3% sobrepeso y un 17,3% obesidad. (38, 45)
Si la tendencia a la baja no se mantiene, y la tendencia comienza de nuevo al alza, se estima que para el año 2025 la obesidad afectara a 70 millones de personas en todo el mundo. Ya que según el estudio de ALADINO muestra que, aunque las cifras de prevalencia han decrecido siguen siendo altas, es decir, cuatro de cada 10 niños en la etapa escolar de 6 a 9 años presentan un exceso de peso corporal. Otro de los datos seriados nacionales más recientes, son de las Encuestas Nacionales de Salud del 2017 (Anexo 3) publicadas en el Instituto Nacional de Estadística (INE), donde estos datos quedan reflejados en Tabla 1. (26, 31, 38, 45)
Fuente: Instituto Nacional de Estadística. Índice de masa corporal población infantil según sexo y grupo de edad, población de 2 a 17 años. Madrid. 2017
Si no fijamos en la prevalencia según los ingresos familiares del menor, el nivel socioeconómico y el educativo del representante del menor influye negativamente con un aumento de la prevalencia. Los casos de obesidad relacionado con ingresos bajos se duplica, es decir un 23.3% presenta obesidad e ingresos bajos frente a un 12.1% que presenta obesidad e ingresos altos. Estos datos quedan reflejados en la Tabla 2. (38, 45)
Fuente: Instituto Nacional de Estadística. Índice de masa corporal población infantil según sexo y clase social basada en la ocupación de la persona de referencia. Madrid. 2017
Asimismo, no solo los ingresos, el sexo o la etnia influyen en las cifras de obesidad, también de donde procedemos o vivimos puede aumentar el número de personas que padecen sobrepeso y a su vez obesidad, y todo ello queda reflejado en la Tabla 3. (38, 45)
Fuente: Instituto Nacional de Estadística. Índice de masa corporal en población infantil según sexo y comunidad autónoma. Madrid. 2017
Siempre que sea posible, prevenir es la mejor herramienta para evitar la obesidad de los niños, ya sea prevención colectiva como en los colegios o individual en el domicilio. Los comedores escolares desempeñan una función nutricional y educativa importante, en ello radica su importancia en la prevención de la obesidad mediante la adquisición de hábitos alimentarios adecuados a través de intervenciones ambientales en la modificación de los menús ofertados en los colegios y en las políticas reguladores de los mismos por los gobernantes. (24, 43)
Asimismo, la tarea de prevenir lleva años preocupando a los gobernantes de todos los países desde tiempo pasado. La más reciente campaña de prevención por parte de los gobernantes de la Unión Europea desarrolla un Plan de Acción para prevenir la obesidad en niños desde el 2014 al 2020 mediante las siguientes metas: “Promover un entorno más saludable, especialmente en las escuelas y centros de educación preescolar”, y restringir el marketing y la presión publicitaria a los niños”. Las normativas reguladoras desarrolladas para prevenir se centran en los aspectos higiénicos, sanitarios y de la gestión económica administrativas de los centros. (24, 39, 43)
La prevención de la obesidad por tanto enfocada en cualquier área que rodee al escolar la podemos dividir en primaria cuando está enfocada en evitar adquirir la enfermedad o secundaria para detectar la obesidad en los estadios precoces o cuando el niño comienza con sobrepeso. (24)
En cuanto a la prevención primaria de la obesidad infantil durante la etapa escolar, se basa en medidas tomadas en la escuela y en el domicilio, donde se basa en cambios sobre los hábitos sobre la actividad física y la nutrición de los menores. Mediante esta prevención, existen estudios que muestran que este tipo de prevención es efectiva para reducir el IMC de los niños o el pliegue cutáneo tricipital. Algunas actividades de prevención primaria serian educación en el aula sobre la dieta saludable, educación sobre la actividad física, educación sobre una imagen personal sana, entre otras, enfocadas a las familias, los menores y los distintos miembros que rodean al niño. (24, 31, 45)
Por otro lado, la prevención secundaria será utilizada para en pacientes susceptible, donde se identificarán los factores de riesgo subyacentes para desarrollar obesidad y los riesgos de desarrollar en el tiempo comorbilidades asociadas. Además, se llevarán a cabo actividades como cambios en la conducta, consejos y manejo dietético, programas de actividad física, etc. (24, 31)
Para ambas, es imprescindible la implicación de las familias, de los docentes, personal de las escuelas, de la sociedad y los gobiernos, es decir, de un equipo multidisciplinar con recursos y apoyo suficiente para implementar medidas preventivas y de promoción de la salud de los niños durante su etapa escolar. Asimismo, la OMS en la 57 Asamblea Mundial de la Salud, en 2004 aprobó la Estrategia Global sobre Dieta y Actividad Física para que los países miembros implementaran planes nacionales de actuación sobre todos los niveles: familia, colegio, profesionales de la salud, industria, medios de comunicación y gobernantes, para favorecer la creación de entornos saludables en los que se establezcan políticas y programas que apoyen la adopción de hábitos alimentarios y de actividad física saludables. En España a raíz de esta iniciativa, el Ministerio de Sanidad y Consumo en el año 2005 aprobó la estrategia Nutrición, Actividad Física, prevención de la Obesidad y Salud (NAOS) con un programa piloto escolar de referencia para la salud y el ejercicio contra la obesidad (PERSEO) dirigido a la intervención en el medio escolar con adopción de dietas saludables en los colegios y la limitación de productos con alto contenido en sal, azucares y grasas al alcance de los menores. (24, 31, 43)
El programa PERSEO, el cual nace como sistema para la promoción de la actividad física y alimentación en el ámbito escolar junto con la estrategia NAOS, actúan desde el colegio en los primeros años de vida del niño o niña ya que es donde se adquieren y definen los hábitos básicos de vida. Puesto a que, estudios indican que entre el 30 al 35% del aporte energético diario y aporte de nutrientes se realiza en los comedores escolares durante al menos 8 meses al año a lo largo de toda la vida escolar del infante. (36, 37, 43)
La etiología de la obesidad en los niños y/o niñas es compleja y multifactorial, pudiendo ser debido a factores individuales, biológicos, conductuales o por falta de conocimientos. La obesidad infantil en ocasiones tiene un rasgo fenotípico que puede ser desarrollado como resultado de un conjunto de patologías y que por lo tanto necesitan estrategias diagnósticas y terapéuticas orientadas a cada posible etología. Es imprescindible su investigación cuando la obesidad es un cuadro grave y de inicio precoz. (12, 17, 31, 45)
Según los especialistas, los cambios alimenticios y las nuevas formas de vida son los principales desencadenantes en el aumento de la obesidad que se pueden modificar, estos factores favorecen la aparición de la obesidad exógena o idiopática. Pero existen otros factores de riesgo no modificables como la edad, antecedentes familiares, la genética, la raza, la etnia y el sexo, que suponen un 30 a 70% de ser la causa de padecer obesidad y su grado, y que las factores endógenos actuando sobre la causa endógena favorece el desarrollo de la obesidad precoz en edades tempranas lo que explica en el 50-70% de los casos la heredabilidad familiar de la obesidad. (12, 17, 31, 45)
Asimismo, podemos clasificar los factores de riesgo en: (31, 45, 49)
La falta de actividad física regular y la alimentación poco saludable son dos de los factores de riesgo que podemos modificar alterando nuestros patrones de conducta, y estos factores desencadena la obesidad más común u obesidad poligénica. Debemos implementar cambios saludables en el estilo de vida, unidos a descansar bien y disminuir nuestro estrés, ya que una falta de sueño o niveles altos de estrés también están relacionados con un alto IMC. Los cambios de estilos de vida deben implantarse desde el colegio, puesto que los niños españoles tienen de media unas cinco horas de clase al día, lo que reduce la realización de actividad física y es en los entornos escolares donde realizan la comida principal del día que supone la elección saludable. (17, 32, 45)
Además del mal hábito alimentario y la falta de actividad física que desencadenan desequilibrios energéticos, los cuales son los que encabezan los motivos por los que la sociedad infanto-juvenil tenga sobrepeso, existen otros factores que determinan la obesidad infantil. Puede haber influencias sociales, fisiológicas, metabólicas y genéticas. Además de ciertos medicamentos como por ejemplo los antisicóticos, ya que esta evidenciado que algunos trastornos psicóticos están relacionados con el desarrollo de obesidad en la etapa infantil. (12, 17)
Algunos síndromes genéticos polimalformativos que pueden desencadenar esta afección son:
Por otro lado, el padecimiento de enfermedades endocrinas en la infancia predispone a la aparición de la obesidad infantil, con lo cual, independientemente del origen endógeno, existen distintas enfermedades que provocan obesidad secundaria a la patología de base: (45)
Como se ha mencionado anterior mente, la edad es un factor de riesgo que va cogiendo fuerza conforme el individuo crece. Si relacionamos la edad con un entorno deficiente ya sean por razones sociales o por el propio entorno, puede aumentar el riesgo de tener obesidad en la infancia. Además, si le añadimos ser de una etnia concreta, el riesgo de padecer obesidad de duplica. (17)
Para poder determinar las manifestaciones clínicas que tiene el exceso de grasa, debemos orientar la anamnesis, la exploración física y las exploraciones complementarias a tal fin. El signo más importante que muestra que se padece de obesidad es el IMC alto, es decir, exceso de tejido adiposo alto en el organismo. El IMC es una cifra que se suele calcular y utilizar como diagnóstico de la obesidad. Para calcular este índice es necesario conocer la cifra de peso del individuo en kilogramos (kg) y la altura en metros (m), para ello, se divide el peso en kilogramos por la altura en metros al cuadrado. (16, 45)
Según el resultado, si es menor a 18.5 estaríamos en peso deficiente, entre 18,5 a 24,9 peso normal, de entre 25 a 29,9 sobrepeso y mayor a 30 obesidad. (16, 41, 46)
A parte del IMC, otro signo es el perímetro de la circunferencia de la cintura, que también nos identifica el aumento de tejido adiposo alto como principal signo de obesidad y el más característico. (16, 26)
Si agrupamos las manifestaciones en órganos y sistemas, podemos clasificarlas en sistemas alterados con signos y síntomas asociados a pacientes obesos en edad infantil: (45)
Para detectar e identificar la obesidad, las causas y la gravedad de esta afectación, los profesionales sanitarios llevarán a cabo una examen físico con orden céfalo-caudal, obtención de medidas antropométricas (talla, peso y perímetro craneal) y anamnesis orientados a los antecedentes personales del menor, signos y síntomas y comorbilidades durante las sucesivas revisiones médicas hasta los 14 años del niño (según la Asociación Española de Pediatría se establecen unos controles incluidos en el Programa del niño sano): (45, 55)
Además, durante la exploración física examinaremos los rasgos físicos sugerentes de una causa subyacente de la obesidad, nos fijaremos en el aspectos y actitud general, malformaciones displásicas esqueléticas, piel y mucosas, alteraciones de cráneo y cara, cuello, tórax, abdomen, genitales, sistema musculoesquelético, etc. (45)
Otras pruebas complementarias son la ecografía como elección ante la sospecha de hepatopatía no alcohólica o síndrome de ovario poliquístico. (45)
Durante la anamnesis y exploración física, los profesionales de la salud podrán efectuar el proceso de atención de enfermería (PAE) para poder abordarlo desde las consultas de atención primaria y las enfermeras escolares. (53, 56)
El diagnostico común tras el Proceso de Atención de Enfermería (PAE) en las consultas de atención primarias de los centros de salud, que comparten todo los pacientes es:
Como objetivos de enfermería asociadas al diagnóstico señalamos, entre otros: (54)
Como intervenciones de enfermería asociadas al diagnóstico señalamos: (54)
El tratamiento de la obesidad infantil no es una tarea fácil, ni para los médicos, ni para la familia, ni para los niños, a pesar de que con los años se han ido conociendo los mecanismos reguladores del peso, las causas, y como influyen los genes. El tratamiento depende de la causa y de la gravedad de la enfermedad en el infante, por lo que, en la actualidad el tratamiento se basa fundamentalmente en la modificación de los estilos de vida, lo que implica alterar sus hábitos alimenticios y físicos, además de un soporte emocional adecuado. (12, 17, 19, 31)
Los objetivos del tratamiento son conseguir una perdida ponderal con el crecimiento normal del niño basado en los percentiles infantiles establecidos por grupo de edad, además de crear las condiciones básicas para mantener las modificaciones de la conducta a lo largo de la vida del individuo empezando en el colegio, ya que según la OMS el centro educativo es el lugar idóneo para la adquisición de conocimientos teórico-prácticos sobre la salud y la nutrición por la cantidad de tiempo que pasan los niños en el colegio. Para ello, el tratamiento se basa en: (19, 31, 40, 45)
Para una correcta alimentación para escolares y adolescentes menores de 18 años surta efecto, deben recibir estímulos y refuerzo social positivo, y además debemos conocer cómo organizar la dieta y poder combatir la compulsión de comer excesivamente, y para este fin contamos en los colegios con el comedor donde se aplicarán e implantaran todas las medidas para conseguir los hábitos nutricionales adecuados. (12, 13, 40)
Ante esta problemática, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición del Ministerio de Sanidad y Consumo (AECOSAN), conjuntamente con el Centro de Investigación y Documentación Educativa del Ministerio de educación, política Social y Deporte, acuerdan que se deben tener en cuenta una serie de indicaciones sobre la dietoterapia del niño durante su etapa infanto-juvenil para prevenir la obesidad y/o el sobrepeso recogidas en la estrategia NAOS en asociación a la Federación Española de Asociaciones Dedicadas a la Restauración Social con el objetivo de mejorar la ofertar alimentaria y la calidad nutritiva de los menús escolares mediante el desarrollo de un protocolo nutricional para la planificación de los menús escolares siguiendo los objetivos recogidos en la Ley Orgánica 2/2006 de Educación: (12, 36, 40, 43, 44)
Posterior a estas recomendaciones surge el programa de salud para luchar por el bienestar nutricional de los estudiantes en las escuelas como un elemento principal a tener en cuenta por lo que se optó por desarrollar un Plan de Acción Europeo sobre Alimentación y Nutrición para el periodo comprendido entre el 2015 al 2020 por la Oficina Regional para Europa de la OMS, para la prevención de la obesidad infantil teniendo en cuenta el entorno escolar como entorno esencial. (50)
Como norma general las ingestas de energía recomendada que debe contener la comida del mediodía en los diferentes tramos de edad en el ámbito escolar según Institute of Medicine of the National Academies son: (40)
Fuente: AECOSAN.
Con tal información, en los colegios o en los domicilios se deberá fraccionar la ingesta diaria en 4 comidas, proporcionadas en el desayuno que supondrá el 25% del total de calorías, en el almuerzo el 30%, en la merienda el 15% y en la cena el 30% basada en la pirámide de los alimentos NAOS para la población en general o para la infancia supondrá un 20% el desayuno, de 10 a 15% el almuerzo, de 25 a 35% la comida, de 10 a 15% la merienda y por último un 25% del total de las calorías la cena. (12, 13, 36, 40, 43, 44)
Fuente: Ministerio de Sanidad y Consumo- Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición.
Se debe desayunar a diario, generalmente se realiza en el domicilio familiar. Debe ser un desayuno completo incluyendo al menos 4 grupos de alimentos distintos y ser desayunos variados para facilitar su aceptación. (44)
La comida entra dentro de la oferta educativa, y debería: (12, 13, 36, 40, 43, 44, 50)
En relación al resto de comidas, es importante completar en la merienda y cena los aportes no servidos en la escuela evitando repetir alimentos o combinaciones que generen monotonía y dificultad en la aceptación del niño. (44)
Fuente: Ministerio de Sanidad y Consumo. Pirámide NAOS. 2005
El esquema general que debería seguir los menús del comedor escolar será: (13, 43, 51)
Este menú debe cumplir como requisitos básicos de satisfacer las necesidades calóricas, lipídicas y energéticas adecuadas, además de ser adecuadas a las necesidades en función de la edad y el sexo sin olvidar las posibles intolerancias, alergias o hipersensibilidad alimentarias de los niños, y un aporte adecuado de micronutrientes. También la composición y variedad deben ser adecuadas, con una frecuencia de los distintas grupos de alimentos adecuada a edad y sexo, y oferta variada. Sin olvidar que los menús escolares se deben conservar en las mejores condiciones y fomentar la gastronomía nacional y/o regional. (13, 43, 44)
Las verduras cocidas es primordial que mantengan textura y características organolépticas adecuadas para que sean apetecibles para los niños, es aconsejable combinarlas con otros elementos como aceite de oliva para potenciar su sabor. Se debe garantizar la originalidad en la elaboración con la utilización de las verduras para potenciar su consumo en la infancia. Los pures o cremas son otra forma de introducir las verduras u hortalizas en la dieta de los comedores. (44)
Como ejemplo de menú diario para un niño/a de 3 a 6 años en edad escolar en el comedor del colegio o en casa deben proporcionar alimentos de calidad y aportes nutricionales suficientes y adecuados a las guías alimentarias, y un menú tipo que podemos incluir en la oferta escolar es: (13, 43, 44)
Desayuno: debe estar compuesto por un lácteo más un cereal, una pieza de fruta y complementos como aceite de oliva o bollería como excepción.
Almuerzo o comida: compuesto cereales, féculas o legumbres; o verduras, carne o pescado, una pieza de fruta o un lácteo.
Almuerzo de media mañana y Merienda: compuesto por un lácteo y/o pieza de fruta más un cereal y un complemento como fiambre o embutido.
Cena: complementario a la comida, compuesta por verduras u hortalizas, pescado o carne, un lácteo o pieza de fruta.
Por otro lado, pero no menos importante, la actividad física debe realizarse paralelamente con una buena dieta, deberá ser una actividad física progresiva y adaptada a la situación del niño y/o adolescente, a su condición, edad, entre otros factores. Debe ser una actividad física de al menos intensidad de leve a moderada durante 1 hora continuada al día o con periodo de descanso de al menos 10 minutos, y durante dos veces a la semana. (12, 37)
En algunos casos extremos, el tratamiento de la obesidad requiere de una intervención quirúrgica para corregir el problema. La cirugía por la que se opta es la laparoscópica mediante la implantación de bandas gástricas cuando el niño haya alcanzado su madurez afectiva y desarrollo puberal. Este tratamiento solo se conoce en América, donde la Asociación Americana de Cirugía Pediátrica ha realizado una serie de recomendaciones con respecto a la cirugía bariátrica en adolescentes con obesidad mórbida. (17 - 19, 31)
Por otro lado, se recurre al tratamiento farmacológico como complemento a las terapias básicas de modificación de la conducta o estilos de vida cuando por si solos no son efectivos. Estos medicamentos actúan a nivel cerebral y a nivel del aparato gastrointestinal. Aunque existe tratamientos farmacológicos en rigor, la Agencia Europea de Medicamento no avala su empleo para el tratamiento de la obesidad en la infancia. (17, 19, 45)
Las complicaciones que se desarrollan a corto plazo en la adolescencia o a largo plazo en la vida adulta, van desde afecciones metabólicas a disminución de la esperanza de vida. Pudiendo enumerarlas en: complicaciones metabólicas, cardiovasculares, endocrinas, respiratorias, digestivas, dermatológicas, neurológicas, ortopédicas y tumorales. Además, estos niños durante su infancia pueden tener una imagen personal alterada de uno mismo, lo que desencadena en numerosos trastornos y desórdenes mentales. A continuación, se desarrollarán algunas de las más frecuentes: (19, 31, 35, 45)
Los malos hábitos adquiridos durante la infancia pueden llevar al niño a sufrir consecuencias preocupantes pudiéndose diagnosticar en niños enfermedades típicamente del adulto como diabetes mellitus de tipo 2, cardiopatías, hipertensión arterial, niveles altos de colesterol y síndrome metabólico, pudiendo mantener esta alteración de la salud hasta la etapa adulta. (12)
La obesidad y sobrepeso infantil en la población de menos de 18 años es una enfermedad por la cual hay un acumulo excesivo de niveles de grasa en el organismo, generalmente se debe a un acumulo de grasa abdominal sin distinción de edad o sexo, pero que, si está relacionado en la mayoría de los casos con la condición social de la persona, el entorno, en nivel económico, etc.
Esta patología produce en la persona que la sufre alteraciones a nivel cardiovascular, muscular, esquelético, endocrino, entre los más importante. Además, que está relacionado con alteraciones de la conducta, pensamientos o imagen personal, pudiendo desarrollar la obesidad por patologías psicológicas o a la inversa.
El incremento de la prevalencia del sobrepeso y la obesidad en edades escolares constituye una problemática para la salud publica ya que supone un peligro para la salud de quien la padece y de su salud futura.
Para prevenirla o detectarla precozmente debemos aprender desde nuestros inicios que unos buenos hábitos de vida saludable son primordiales para evitar desarrollar sobrepeso o pudiendo llegar a padecer obesidad. Si la detectamos a tiempo, podemos mejorar el pronóstico de estos pacientes y reducir el riesgo de padecer complicaciones.
También es necesario abordar no solo el plano de los hábitos de vida, sino también el plano social que rodea a estos pacientes, puesto que en muchas ocasiones el colegio donde acuden en la mayoría de los casos es la única herramienta con la que cuentan para evitar el sobrepeso y/o la obesidad, e incluso los profesionales que integran la unidad educativa deben ser los que vigilen, ayuden, asesoren y favorezcan la reducción del número de casos y en el mejor de los escenarios que eviten que se produzcan.
Tabla 1: Curva y tabla de crecimiento de 0 a 18 años, niños.
Tabla 2: Curva y tabla de crecimiento de 0 a 18 años, niñas.
Tabla 1: tabla de IMC para niñas de 0 a 5 años.
Tabla 2: tabla de IMC para niños de 0 a 5 años.
Tabla 3: tabla de IMC para niños de 5 a 19 años.
Tabla 4: tabla de IMC para niñas de 5 a 19 años.
Tabla 1: Índice de masa corporal población infantil según sexo y grupo de edad. Población de 2 a 17 años.
Tabla 2: índice de masa corporal población infantil según sexo y clase social basada en la ocupación de la persona de referencia. Población de 2 a 17 años.
Tabla 3: índice de masa corporal en población infantil según sexo y comunidad autónoma. Población de 2 a 17 años. Coeficiente de variación.