La depresión en no pocas ocasiones, se genera en la fase inicial del Alzheimer, cuando la persona mayor comienza a ganar consciencia de su enfermedad y de las alteraciones que vivencia. Según dos estudios recientes realizados por Da Silva y por Qazi, Gutzmann & Gul, en esta enfermedad, la depresión tiene una prevalencia superior al 51% en muestras clínicas, y de 38% en muestras comunitarias.
A destacar que la depresión cuando asociada al deterioro cognitivo leve puede potenciar las pérdidas de memoria, y estas a su vez pueden estar asociadas con algunas dificultades de orientación, de aprendizaje, reconocimiento, entre otros aspectos, aunque la depresión en fase inicial de la enfermedad de Alzheimer, en general, se presenta leve o moderada, y se atribuye a la percepción que el mayor tiene de los síntomas y limitaciones cognitivas que presenta debido al Alzheimer. Es relevante que los síntomas somáticos relacionados con la presencia de depresión en los mayores, tienen una especial importancia a la hora de efectuar un diagnóstico diferencial del estado de la enfermedad de Alzheimer, fundamentalmente porque estos síntomas en indicadores del estado depresivo, aumentan la dificultad para detectar el nivel real de afectación cognitiva provocada por el Alzheimer, así como a los cambios conductuales.
En este nuevo número aunamos trabajos sobre ambos temas tan prevalentes en nuestro medio. Por un lado, la depresión y su tratamiento farmacológico y no farmacológico, los modelos de atención y la tendencia al suicidio relacionada. Seguimos con un interesante trabajo de actualización sobre los tratamientos no farmacológicos relacionados con la demencia y el papel esencial que ejerce el cuidador. Finalmente, la aportación del que lleva por título Intervención cognitiva y social con enfermos de Alzheimer y sus familiares que complementa el tema anterior.
Un número otoñal que confiamos resulte, como así nos lo habéis hecho manifestar, al menos tan enriquecedor y práctico como los siete números anteriores de NPunto.