Fundamento: El matrimonio infantil es un acto de violencia de género que amenaza la vida y el bienestar de las niñas y supone una violación de los derechos humanos, así como un problema de salud pública. El objetivo de esta revisión es estudiar la magnitud del problema del matrimonio infantil y embarazo adolescente, así como su abordaje desde enfermería.
Métodos: Este trabajo es una revisión bibliográfica narrativa para la cual se han utilizado artículos científicos en inglés y español, la mayoría con fecha de publicación inferior a 5 años, por medio de la búsqueda en diferentes bases de datos.
Resultados: Existen millones de niñas que son casadas cada año de forma forzada, por debajo de la edad legal para contraer matrimonio. El lugar de residencia, la situación económica o el nivel educativo son los factores determinantes del matrimonio precoz.
Conclusiones: A pesar de que ha habido un cambio en la comprensión y prevalencia del matrimonio infantil, aun constituye una costumbre política, sociocultural y religiosa. Para que este problema no suponga un aumento de las desigualdades de género en determinados países, se deben llevar a cabo intervenciones de cambio social dirigidas tanto a las personas adultas como a las más jóvenes.
Palabras Clave: Matrimonio; Niña; Madres adolescentes; Protección a la infancia; Violencia de género; Embarazo en adolescencia.
Background: Child marriage is an act of gender-based violence that threatens the lives and well-being of girls and constitutes a violation of human rights as well as a public health problem. The objective of this review is to study the magnitude of the problem of child marriage and teenage pregnancy, as well as its approach from nursing.
Methods: This work is a narrative bibliographic review for which scientific articles in English and Spanish have been used, most of them with publication dates less than 5 years ago, through searching different databases.
Results: Millions of girls are forced into marriage each year, below the legal age for marriage. The place of residence, economic situation or educational level are the determining factors for early marriage.
Conclusions: Although there has been a change in the understanding and prevalence of child marriage, it is still a political, sociocultural and religious custom. To ensure that this problem does not result in an increase in gender inequalities in certain countries, interventions for social change should be directed at both adults and young people.
Keywords: Marriage; Girl; Teenage mothers; Child protection; Gender violence; Teenage pregnancy.
Uno de los artículos de UNICEF sobre el matrimonio infantil comienza de la siguiente forma: “El matrimonio infantil amenaza las vidas, el bienestar y el futuro de las niñas de todo el mundo”.1
Desde una perspectiva de género, el matrimonio forzado infantil es el resultado de un abuso de poder sobre el sexo femenino al que se suma el ser menor de edad.2
Uno de los objetivos de esta revisión es estudiar la magnitud del problema del matrimonio infantil en la actualidad, así como su abordaje desde enfermería. Este problema supone una violación de los derechos humanos de las niñas, así como un gran problema de salud pública que hay que intentar erradicar. Y en ello la enfermera puede jugar un papel de gran importancia, especialmente en Atención Primaria, ya que es la puerta de entrada al sistema de salud y está al alcance de todos los individuos, familias y comunidad, pudiendo detectar el problema de forma temprana.
Matrimonio infantil se puede definir como todo matrimonio formal o unión informal que se da entre un niño o niña menor de 18 años y un adulto u otro niño. Los datos estiman que actualmente 1 de cada 5 niñas se casan siendo menores de 18 años.1 Este problema no ocurre solamente en países en desarrollo, ya que hay 650 millones de niñas y mujeres menores de 18 años en el mundo que han sido obligadas a casarse. Según estadísticas, cada 2 segundos una niña es obligada a casarse en contra de su voluntad.3 Se estima que la eliminación del matrimonio infantil en niñas a nivel mundial no se conseguirá hasta dentro de unos 300 años.4 Por tanto, es un tema sobre el cual hay que seguir investigando, para entender el porqué de la práctica y así crear programas eficaces que acaben con la vulneración de los derechos de niñas y mujeres. Es un problema mundial que hay que abordar desde una perspectiva holística, para evitar que se sigan produciendo este tipo de prácticas que frenan el desarrollo natural de las niñas y deterioran su calidad de vida. Y para ello es fundamental la formación continuada de los y las profesionales de la salud, para que aumente su sensibilización y puedan llevar a cabo técnicas específicas para su erradicación.
El matrimonio infantil es uno de los resultados de la desigualdad de género existente a nivel mundial, ya que afecta en una proporción mucho más elevada a niñas que a niños (en niños equivale a una quinta parte de la tasa de matrimonio en niñas).1 Al año se estima que hay un total de 12 millones de matrimonios infantiles, pero a pesar de que estas cifras han disminuido del 21% al 19%, esta reducción debería ser 20 veces más rápida para lograr el Objetivo de Desarrollo Sostenible de ponerle fin para 2030.5
Níger es el país que tiene la mayor cifra de matrimonios infantiles del mundo: el 76% de niñas se casan antes de cumplir 18 años y el 28% antes de los 15.6
Asia Meridional concentra casi la mitad de los matrimonios infantiles de niñas en todo el mundo (45%), siendo India el país con mayores tasas. África Subsahariana ocupa el segundo lugar en la tasa de matrimonios de niñas (20%) y acabar con esta práctica conllevaría en este país más de 200 años. América Latina y el Caribe va camino de registrar el segundo nivel regional más alto de matrimonios infantiles en 2023. Oriente Medio, el Norte de África, Europa del Este y Asia Central se encuentran estancados.5
Según “Save the Children” el matrimonio infantil está viviendo su primer crecimiento en dos décadas, lo que prevé que, si no se consigue frenar con medidas extraordinarias, el número de matrimonios aumente en 10 millones para 2030.7 En el Anexo 1 se muestra un gráfico con el número de mujeres entre 20 y 24 años que fueron casadas cuando tenían entre 15 y 18 años8, y otro con las tendencias y prevalencia de matrimonios infantiles por países9.
Por otra parte, el embarazo adolescente está estrechamente relacionado con el matrimonio infantil, ya que uno tiene seguir inmediatamente al otro, principalmente en las culturas indígenas, donde las mujeres tienen muy pocas alternativas a la maternidad ya que el acceso a la educación y al mercado laboral son muy difíciles.2
Al año, aproximadamente 21 millones de chicas de entre 15 y 19 años se quedan embarazadas y 12 millones de ellas dan a luz. A pesar de que la tasa de nacimientos en la adolescencia ha disminuido en el año 2023, las tasas de cambio han sido desiguales según la zona, siendo mayor esta disminución en Asia Meridional y más lenta en América Latina, el Caribe y África Subsahariana con tasas de hasta 97,9 nacimientos por cada 1000 mujeres en 2023. El número más elevado de nacimientos en jóvenes de entre 15 y 19 años en el año 2021 se registró en África Subsahariana con 6114000, mientras que en Asia Central fueron 68000. Si se reduce la edad de la niña a 10-14 años, el número de nacimientos en el África Subsahariana fue de 332000, y de 22000 en Asia Sudoriental.10
Según datos aportados por el periódico “El Mundo”, desde el año 2015 hasta el 2022, los matrimonios infantiles forzosos aumentaron en España un 60%. Estas cifras son confusas ya que pocas niñas llegan a denunciar esta coacción, pero a pesar de esto, las denuncias en Cataluña por este tema se han duplicado desde el año 2017 hasta el 2022. Las ciudades de España con mayor número de realización de esta práctica, según la vocal de la Fundación Politeia son: Cataluña, Valencia, País Vasco, Fuenlabrada (Madrid) y Algeciras (Andalucía).11
Europa Press en uno de sus artículos afirma que entre 2020 y 2022 se registraron en España un total de 25 matrimonios infantiles forzados.12 A continuación, se presenta un gráfico del Instituto Nacional de Estadística sobre la proporción de mujeres que contrajeron matrimonio con 16 y 17 años en España entre los años 2019 y 2022:13
En el año 2023 la policía intervino en un matrimonio de una niña de 12 años casada en Sevilla por el rito gitano, con el consentimiento de sus padres. Además de esto, la niña estaba siendo víctima de violencia machista. Los padres declararon que para ellos era “cultura”, y no un delito.14
En 2024 ha ocurrido algo similar en un pueblo de Ciudad Real, en el que una niña de 13 años convivía con su marido de 19 años, ambos de procedencia búlgara y además estaba embarazada de 12 semanas. El chico la había visto por Facebook y los padres de ambos se pusieron en contacto para realizar la “venta de la niña” y formalizar el matrimonio forzoso.15
Las normas socioculturales y patriarcales en muchas comunidades dan a la virginidad de las niñas un valor muy elevado, lo que contribuye a que sean obligadas a casarse de forma temprana mientras son aún vírgenes. Algunos padres y madres ven el matrimonio como una protección del sexo prematrimonial y una salvaguarda hacia el acoso sexual ya que estarían protegidas por un hombre, así como un instrumento para adquirir estatus social dentro de su comunidad.16, 17
El artículo 16 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, de 1948, establece el “derecho de hombres y mujeres a contraer matrimonio y fundar una familia sin discriminación por motivos de raza, nacionalidad o religión”, pero no se establece ninguna edad mínima para ello. Alrededor del año 1960, los Estados miembros de las Naciones Unidas empezaron a aprobar leyes que establecían la mayoría de edad en los 18 años, fijando así la edad mínima para casarse. En 2014, el Consejo de Derechos Humanos y la Asamblea General de las Naciones Unidas, adoptaron una resolución que abordaba el matrimonio infantil como un problema global. A pesar de ello, la realidad legal no es concreta, al igual que las sociedades del mundo, ya que este tema tiene un significado cultural e histórico cambiante, y se permiten “excepciones” en caso de que exista consentimiento por parte de los progenitores o según las creencias religiosas.
Actualmente, el matrimonio infantil está prohibido por varios acuerdos internacionales. La Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer, indica que no tendrá efecto jurídico el matrimonio que tenga lugar con niñas y niños, y que se adoptarán leyes para hacer obligatoria la inscripción del matrimonio en un registro oficial.18, 19
En México, en el año 2019, la Cámara de Diputados derogó 29 artículos del Código Civil para eliminar las menciones al matrimonio entre menores de edad.2
Por otro lado, en la cultura gitana se están creando espacios de encuentro de mujeres gitanas donde intercambian experiencias y exploran libremente su autoconciencia, analizando la realidad de la identidad gitana, su autonomía y empoderamiento.20
UNICEF, por su parte, puso en marcha en 2016 un programa para Acelerar las Medidas Encaminadas a Poner Fin al Matrimonio Infantil, cuyo objetivo era empoderar a las jóvenes en situación de riesgo y formarlas en competencias básicas como la educación sexual y la asistencia escolar, mediante el diálogo y la comunicación.21
La prevención del embarazo en la adolescencia también forma parte de los Objetivos de Desarrollo Sostenible. La Organización Mundial de la Salud colabora para elaborar programas para abordar la salud sexual y reproductiva de las adolescentes, especialmente en países vulnerables.10 En Níger por ejemplo, la organización Save the Children está trabajando con las autoridades locales para educar a las niñas, especialmente en planificación familiar, mediante la enseñanza del uso de anticonceptivos, sensibilizando a la población y evitando el estigma que supone.6
1.3.1 Conocer el impacto del matrimonio infantil a nivel mundial.
1.3.2 Describir la función de los profesionales sanitarios, especialmente desde Enfermería, para abordar el problema.
Se ha llevado a cabo una revisión bibliográfica entre marzo y agosto del año 2024.
Los términos utilizados para realizar la búsqueda de artículos fueron una combinación, en inglés y español, de los siguientes: Matrimonio; Niña; Madres adolescentes; Protección a la infancia; Violencia de género; Embarazo en adolescencia.
Para centrar más la búsqueda se utilizaron filtros como la fecha de publicación y los operadores de búsqueda AND y OR. Y se procedió a la lectura del resumen, con el objetivo de descartar los documentos que no respondían a los objetivos propuestos.
Aunque principalmente se han utilizado artículos científicos de revistas en inglés y español, con fecha de publicación inferior a 5 años, para mejorar la evidencia ha sido necesario incluir publicaciones cuya antigüedad es superior a 5 años ya que dan una visión de la evolución en el tiempo del tema y aportan un conocimiento más amplio.
Se excluyeron artículos repetidos en diferentes bases de datos, los que hacían referencia al matrimonio en mujeres mayores de 18 años y un artículo escrito en chino de Biblioteca Cochrane.
Por medio del motor de búsqueda Google se accedió a noticias y documentos de varias webs como UNICEF, Organización Mundial de la Salud (OMS), Save the Children, periódicos internacionales, entre otros. Tras esta primera búsqueda se pasó a realizar una búsqueda avanzada de artículos en las bases de datos Dialnet, PubMed, Biblioteca Cochrane y Science Direct.
Utilizando datos de la Encuesta Nacional de Salud del año 2013 se intentó determinar la prevalencia del matrimonio infantil, que resultó ser del 3,9%; el 1,8% tenían menos de 14 años, el 3,8% tenían entre 14 y 15 años y el 8,1% tenían entre 16 y 17 años. Se observó una mayor probabilidad de matrimonio infantil entre las niñas de los grupos de edad de 14 a 15 y de 16 a 17 años.22
En una comunidad indígena tseltal de Chiapas se realizó un estudio con 340 mujeres de entre 15-49 años. Un 4,7% había sufrido matrimonio forzado, y el 25% de dichos matrimonios tuvieron lugar cuando eran menores de 15 años (12-14 años), el 66,7% cuando tenían entre 15 y 19 años. Se observó que existía relación entre el matrimonio forzado y el embarazo adolescente, registrándose que el embarazo ocurrió en la totalidad de las mujeres que se unieron antes de cumplir 15 años. En la totalidad de las niñas que habían sido pedidas para matrimonio, los padres estuvieron de acuerdo.2
Luo D et al, intentaron establecer tendencias a largo plazo en materia de matrimonio en niñas de entre 15 y 24 años en China por medio de un estudio longitudinal entre 1990 y 2015. La tasa de matrimonios entre adolescentes de entre 15 y 19 años disminuyó del 4,7% en 1990 al 1,2% en el año 2000, repuntando de nuevo en 2015 con un 2,4%. Hubo grandes disparidades en la tasa de matrimonios dependiendo del nivel educativo, con aumento de la tasa entre las jóvenes de 15 a 19 años que no habían asistido a la escuela secundaria.23
En India también se estimó la prevalencia entre 1993 y 2021, que disminuyó del 49,4 % al 22,3 %, excepto entre 2016 y 2021, que algunos estados experimentaron un aumento en la prevalencia del matrimonio infantil.24
Etiopía también ha experimentado una disminución en la prevalencia de matrimonio infantil, aunque la tendencia geográfica ha variado, siendo más prevalente en zonas rurales y regiones desatendidas. Entre 2005 y 2016, el porcentaje de mujeres etíopes casadas antes de los 18 años disminuyó un 18 % y las casadas antes de los 15 años disminuyó un 26%.25 El 35,2% de la disminución se debió a un aumento en la proporción de mujeres que alcanzaron la educación secundaria y superior y a un cambio en el comportamiento de las mujeres expuestas a los medios.26
En el Distrito de Columbia también se intentó medir la tendencia de matrimonio infantil entre los años 2000 y 2019. Se observó que la tasa disminuyó en dicho periodo, pero seguía existiendo. Más del 75% de todos los menores casados eran niñas, que se casaban con hombres que eran en promedio 4 años mayores que ellas.27
En 34 países del África subsahariana se realizó un estudio de prevalencia de matrimonio infantil. Los países destacados en el matrimonio infantil fueron: Níger (81,7%), Chad (77,9%), Guinea (72,8%), Malí (69,0%) y Nigeria (64,0%). Además, las mujeres que experimentaron matrimonio infantil tenían 8 veces más probabilidades de tener ≥3 hijos nacidos vivos a lo largo de la vida, en comparación con las mujeres casadas con más de 18 años.28
Y, por último, el estudio de Urquia ML et al estimó la prevalencia del matrimonio infantil y embarazos en Brasil, Ecuador, Estados Unidos y Canadá. La proporción de nacimientos en madres menores de 18 años fue del 9,9% en Ecuador, del 8,9% en Brasil, del 1,5% en Estados Unidos y del 0,9% en Canadá, y la prevalencia del matrimonio entre madres menores de 18 años fue de 3,0%, 4,8%, 3,7% y 1,7%, respectivamente. Las niñas menores de 18 años tenían mayores probabilidades de parto prematuro en los cuatro países.29
El matrimonio infantil se ha asociado con resultados de salud deficientes y es el propósito de un estudio realizado en Guinea, investigar cómo las mujeres casadas siendo niñas, perciben su salud. Las entrevistas revelaron que estas mujeres percibían que su salud mental, física, sexual y reproductiva se veían afectadas negativamente por sus matrimonios.30
Abera M et al intentaron evaluar los efectos del matrimonio precoz en la vida de las niñas en Amhara, principalmente el empoderamiento y la toma de decisiones en el hogar. Los resultados obtenidos fueron que las mujeres casadas después de los 18 años estaban más involucradas en los procesos de toma de decisiones del hogar que las novias infantiles, las cuales tenían más probabilidades de experimentar diversas formas de abuso y violencia conyugal. Por tanto, la edad al primer matrimonio influye en los factores estructurales para definir el estatus y los roles de las mujeres casadas en el hogar y en la comunidad.31 El mismo resultado obtuvieron Tomar S et al, indicando que el matrimonio en niñas y adolescentes las coloca en posiciones aún más desventajosas en cuanto a la toma de decisiones.32
En Níger y Etiopía se estudió la asociación entre el matrimonio infantil y el bienestar psicológico general. Con la excepción del autocontrol, todos los subdominios del bienestar psicológico: depresión, ansiedad, bienestar positivo, vitalidad y salud general, se asociaron negativamente con el matrimonio infantil.33
Tenkorang E examinó la relación entre el matrimonio infantil y la violencia de pareja en Ghana. Las mujeres que se casaron cuando eran niñas tenían niveles más bajos de educación, respaldaban las normas de género patriarcales y tenían niveles más bajos de autonomía dentro del hogar y un mayor riesgo de sufrir violencia de pareja (física, sexual y emocional).34 Qamar M et al también estudiaron la asociación entre el matrimonio infantil y la violencia doméstica en Afganistán. Los resultados mostraron que la probabilidad de violencia sexual fue un 22% más alta entre las mujeres que se casaron antes de los 15 años en comparación con las que se casaron siendo adultas.35
Y en África subsahariana se encontró que la violencia de pareja osciló entre el 17,5% en Mozambique (África Meridional), y el 42% en Uganda (África Oriental). La experiencia de violencia de pareja fue mayor entre las mujeres que se casaron antes de los 18 años (36,9%).36
Por otra parte, en 31 países del África subsahariana se analizaron datos sobre mujeres jóvenes de 15 a 24 años para examinar la influencia del matrimonio infantil en los partos/nacimientos de alto riesgo. Los hallazgos mostraron que la prevalencia de partos de alto riesgo fue mayor entre las mujeres que se casaron antes de los 15 años (97,2%) y entre los 16 y 17 años (80,8%) en comparación con las que se casaron a los 18 años o más (48,4%).37
Como se demuestra en el artículo de Singh R et al, existe una relación positiva significativa entre acontecimientos de conflicto de guerra y tasas de matrimonio infantil en niñas.38 Entre los refugiados sirios en el sur del Líbano se cuantificó la incidencia acumulada del matrimonio infantil entre niñas refugiadas. El 32,56% de las niñas de 10 a 19 años de Kaplan-Meier hicieron la transición al matrimonio a los 17 años, encontrando además importantes brechas en la salud sexual y reproductiva entre las niñas casadas, como bajos niveles de conocimiento sobre los peligros de la maternidad precoz y altas tasas de nacimientos prematuros y múltiples.39
En poblaciones desplazadas y de acogida de iraquíes y refugiados sirios en Kurdistán, se encontró que el 10,4% de las niñas de entre 10 y 19 años estaban casadas. Los jefes de hogar con menor nivel educativo tenían porcentajes más altos de matrimonio infantil en sus hogares, al igual que ocurría cuando el jefe de hogar estaba desempleado. Cuando se les preguntó sobre los factores que influyen en el matrimonio infantil, el factor predominante fue la tradición familiar (52,5%), el honor familiar (15,7%), la economía (9,6%) o la religión (8,0%).40
Entre las niñas adolescentes somalíes que residen en el campo de refugiados de Kobe en Etiopía se observó que el 14% estaban casadas. Las mujeres adultas tendían a identificar incorrectamente la edad mínima legal en matrimonio y preferían una edad matrimonial baja para sus hijas. Entre las adolescentes casadas, el uso de anticonceptivos fue muy bajo (11%) y la maternidad temprana fue común (60%).41
Tabassum R et al llevaron a cabo un estudio cualitativo para identificar los factores que respaldan la práctica del matrimonio infantil en comunidades del norte de Bangladesh. Las expectativas de que las niñas restrinjan su movilidad, limiten sus relaciones con varones y asuman roles limitados refuerzan la práctica del matrimonio infantil.42
En China, se encontró que el bienestar subjetivo de los padres está asociado positivamente con el matrimonio de sus hijos/as. El examen muestra que el matrimonio infantil puede mejorar significativamente la sensación de seguridad de los padres con respecto a su cuidado en la vejez y que cuanto mayores sean los hijos solteros, más ansiosos están los padres que sostienen una ideología tradicional.43
En zonas rurales de Malawi se investigó si el matrimonio infantil cambia la capacidad de los jóvenes para traducir la educación en trabajo remunerado y reduce la participación en el trabajo no remunerado (trabajos del hogar). La prevalencia del matrimonio infantil se da en el 53% de mujeres frente al 6% en hombres, y la participación en el trabajo remunerado es del 7% en mujeres y del 42% en hombres.44
En Ghana, Ahonsi B et al estudiaron los predictores del matrimonio infantil. Las niñas que nunca habían asistido a la escuela en comparación con aquellas que sí lo habían hecho tenían más probabilidades de casarse, lo mismo ocurría con las niñas con un nivel de riqueza más bajo.45
Asnaashary M et al investigaron los determinantes económicos del matrimonio precoz en niñas menores de 19 años, demostrando que el nivel de ingreso per cápita, la inflación y la desigualdad de ingresos son determinantes importantes.46
La economía se vio afectada también al inicio de la pandemia COVID-19, por las duras situaciones económicas en muchos hogares de Nigeria al cerrar muchos lugares de trabajo, y la voluntad de los padres de casar a sus hijas para reducir la carga económica familiar, aumentó.47
El estudio de Das T y Basu Roy T, examina el efecto de determinados factores en diversos estados de la India. Los resultados mostraron que existe una asociación significativa entre el matrimonio infantil y la situación económica, lugar de residencia, nivel educativo, creencias religiosas y afiliación a una tribu. Las niñas sin educación, que viven en áreas rurales y pertenecen a una comunidad más pobre, tienen más probabilidades de casarse a una edad temprana.48
Por último, en un estudio realizado en Bangladesh, Ghana e Irak, se trató de identificar los efectos sobre el matrimonio precoz de determinados factores. El nivel educativo de los padres de las niñas, la situación económica, los medios de comunicación, el número de miembros del hogar y la residencia fueron factores importantes. Las probabilidades de casarse temprano fueron significativamente mayores entre las mujeres sin educación primaria en los tres países, de la misma forma que se encontró una asociación negativa entre la situación económica y el matrimonio precoz tanto en Bangladesh como en Ghana. También se encontró que el sexo del cabeza de familia y la religión eran factores importantes sólo en Bangladesh.49
Hegdahl H y Sandoy I llevaron a cabo un estudio para evaluar la efectividad de la economía, sola y en combinación con una intervención comunitaria, sobre la incidencia del matrimonio precoz en Zambia. El apoyo económico consistió en transferencias de efectivo a las familias y el pago de matrículas escolares para que las niñas continuasen la escuela secundaria. El diálogo comunitario consistió en reuniones comunitarias para mejorar el conocimiento sobre salud sexual y reproductiva. En comparación con el grupo control, la incidencia de matrimonio antes de los 18 años fue del 21% y 14% menor en el grupo de reuniones y apoyo económico, por lo que combinar el apoyo económico y comunitario puede ser eficaz para reducir el matrimonio precoz.50
En Egipto se estudió el nivel de conocimientos sobre salud reproductiva en niñas de zonas rurales. El análisis indicó que la edad de los participantes y la educación de sus padres aumentaba el conocimiento sobre salud reproductiva de las niñas, pero en las zonas rurales todavía ignoran muchos problemas de salud reproductiva, lo que requiere el desarrollo de programas de concienciación con la participación de padres y maestros.51
En el estudio de Udengwu N et al, se evaluó el impacto de las intervenciones de narración de cuentos y música para mejorar el conocimiento de la Ley de Derechos del Niño y reducir la propensión a contraer matrimonio infantil en la sociedad nigeriana. La narración de historias fue efectiva para reducir la práctica y la música para mejorar el conocimiento de la Ley de Derechos del Niño.52
Fernández A y Cárdenas-Rodríguez R analizaron la influencia de la educación en la prevención de los matrimonios infantiles en jóvenes indígenas. Las mujeres de más de 30 años que han conseguido trabajar, muestran que con su capacidad económica están invirtiendo en que sus hijas tengan un futuro mejor, una educación, el derecho a elegir a sus parejas, así como el conocimiento de sus derechos. Sin embargo, la educación por sí sola no es la solución, ya que en las escuelas se sigue transmitiendo la estructura patriarcal en la que el hombre es cabeza de familia y donde el divorcio es un estigma social. Por ello es muy importante la formación del profesorado.53
Sharratt K et al evaluaron la eficacia de un videojuego prosocial, "Paz", para prevenir actitudes y creencias que apoyan el matrimonio infantil en Uganda. Los resultados mostraron que el juego tenía impactos positivos a corto plazo tanto para las niñas como para los niños en las actitudes hacia el matrimonio infantil y en el sentimiento de empoderamiento para prevenir cuestiones de violencia de género, por lo que este videojuego podría utilizarse como una intervención combinado con actividades adicionales para lograr un aprendizaje profundo y sostenido.54
En un estudio realizado en India a niñas entre 15-17 años se encontró que la educación de la madre fue el único factor que tuvo efectos directos e indirectos significativos sobre el matrimonio infantil, la religión sólo tuvo un efecto indirecto y el índice de riqueza, la casta y la educación de la niña mostraron efectos directos.55
La relación entre padres e hijos/as tiene efectos muy importantes en cuanto al matrimonio infantil. El estudio de Bhan N et al evalúa los efectos de esta relación y su relación con el matrimonio temprano de las niñas en India, Etiopía, Vietnam y Perú. Las niñas que informaron tener una buena comunicación con sus padres y una alta calidad en la relación a los 12 años tenían menos probabilidades de casarse antes de los 16 años, por lo que es un factor protector contra el matrimonio infantil.56
Un estudio realizado en Pakistán indicó que un mayor nivel educativo de las mujeres, una mejor situación económica, una situación laboral femenina activa y la exposición a los medios reducen la probabilidad de que las niñas se casen tempranamente.57
Y finalmente, el estudio de Bhowmik J et al demostró que, en Bangladesh, las niñas que contaban con educación primaria, secundaria o secundaria superior tenían menos probabilidades de casarse antes de los 18 años, en comparación con las personas sin educación. Además, las niñas con educación secundaria y superior tenían un 83% menos de probabilidades de convertirse en madres adolescentes, que las que no tenían educación.58
Tanto en la atención a demanda como programada, así como en cualquier momento de la asistencia sanitaria, se debe promover un vínculo de apego padres-niña seguro, capacitar e informar a la familia de las necesidades de las niñas, así como de las prácticas de riesgo que perjudican su salud y de los recursos a los que tienen acceso, reforzando la autonomía y facilitando la participación comunitaria. Es muy importante identificar los determinantes sociales y las barreras de accesibilidad en el entorno de la niña, tener en cuenta las barreras idiomáticas, de comunicación o culturales, y adecuar los procedimientos a las características personales.
Se deben realizar tareas de prevención primaria para la población en general, con el objetivo de reducir la prevalencia de los factores de riesgo, sensibilizar y educar para que la población desarrolle habilidades que les permitan identificar, comunicar o abordar una situación que vulnere los derechos de niños y niñas.
Es fundamental valorar el riesgo psicosocial, las vulnerabilidades y fortalezas de la familia y facilitar la identificación precoz de situaciones de riesgo. Esta valoración debe realizarse principalmente en las visitas programadas dentro del Programa de Salud Infantil, realizado por equipos de Atención Primaria, aunque también podría realizarse en cualquier momento de la asistencia sanitaria.
El equipo se encargará de la valoración, seguimiento y derivación, si fuera necesario, a servicios sociales u otra unidad especializada, así como de su coordinación con éstos.
Para ello es de vital importancia trabajar en equipo multidisciplinar desde una perspectiva biopsicosocial y de equidad, con garantía de accesibilidad universal e igualdad de género y creando un clima de confianza, con actitud empática y facilitadora de la comunicación y de la expresión de sentimientos.59
El matrimonio de niñas se traduce como una de las desigualdades de género más profundas y se manifiesta como un desequilibrio de poder y pérdida completa de autonomía. Arrebata a las niñas de su infancia, al tener que asumir responsabilidades adultas. Además, el matrimonio lleva asociado el embarazo, constituyendo un riesgo muy elevado de parto prematuro y de muerte materna y fetal. Si bien es cierto que ha habido un cambio histórico en la comprensión del matrimonio infantil entre las niñas, aun constituye una costumbre política, sociocultural y religiosa cargada de valores, y la falta de comprensión dificulta su medición y abordaje.
Si este problema no se aborda, supondría un atraso en la evolución y un aumento de las desigualdades de género en determinados países. Para que esto no ocurra se deben llevar a cabo intervenciones de cambio social dirigidas a las personas adultas, para contrarrestar sus creencias sobre la sexualidad de los adolescentes y el matrimonio infantil.
Los estudios sugieren que facilitar y promover el acceso a la escuela para las niñas, mantenerlas en la escuela más allá del primer ciclo, el apoyo económico a las familias más pobres, y mejorar el conocimiento sobre las consecuencias perjudiciales del matrimonio infantil son estrategias clave y eficaces para mitigar el problema.
Los programas destinados a su erradicación deben garantizar que las niñas reciban educación formal, sean empoderadas y adquieran habilidades para rechazar las normas patriarcales de género y culturales o religiosas que amenazan su seguridad y su vida. Ofrecer opciones distintas al matrimonio precoz debería ser un imperativo político, así como transformar los roles de género, educar en salud reproductiva, y hacer que la anticoncepción sea accesible a todas.
Gráfico 1: Save the Children. 2023.8
Gráfico 2: Akwara E, Guthold R, Chandra-Mouli V. 2021.9
Mapa de Prevalencia Mundial de Matrimonio Infantil
Disponible en: https://www.girlsnotbrides.es/aprendizaje-recursos/child-marriage-atlas/atlas/